Corría el año 2013 y el gobierno nacional decidió que había que publicar un libro que ensalzara los logros de la década en la que gobernaron Néstor y Cristina Kirchner.
Para eso la "Unidad Ejecutora Bicentenario de la Revolución de Mayo 1810-2010" solicitó fondos para realizar la publicación.
A partir de ese pedido, la Secretaría General de la Presidencia, que era encabezada por Oscar Parrilli, llamó a licitación pública mediante la modalidad de orden de compra abierta.
Resultó adjudicataria de la licitación la Casa de Moneda por entonces dirigida por Katya Daura, funcionaria de confianza de Amado Boudou.
De ese modo, la Casa de Moneda iba a imprimir 100.000 ejemplares del libro sobre "La década ganada" a cambio de ocho millones de pesos. Una vez que se resolvió la licitación a favor de la Casa de Moneda, la repartición que fabrica billetes recibió un anticipo de 800.000 pesos para la primera provisión.
El caso que investiga el juez Claudio Bonadio se conoció por un informe de la Auditoría Interna de la Casa de Moneda a partir de la llegada de las nuevas autoridades nacionales. En la Casa de Moneda descubrieron en un depósito gran cantidad de papel que no se utiliza para la impresión de billetes y realizaron una averiguación. Así determinaron para qué era la cantidad de papel almacenado. A partir de ese informe interno hicieron la denuncia por el delito de administración fraudulenta.
Consta en la Casa de Moneda que se compró papel a la firma Celulosa Argentina por la suma de 2.650.000 pesos. Según fuentes de la investigación confirmaron a Infobae, la Casa de Moneda realizó la compra de papel antes de que se conociera formalmente el resultado de la licitación organizada por la Secretaría General de la Presidencia.
Parte del papel comprado a Celulosa Argentina fue enviado a los depósitos de la firma "Anselmo Morvillo S.A", una empresa conocida en el negocio de la edición gráfica. Se supone que esa empresa iba a imprimir parte de los libros porque la Casa de Moneda no podía hacer todo el trabajo. La firma "Anselmo Morvillo" le reclama a la Casa de Moneda el pago de 1.650.000 pesos en concepto de depósito de papel.
La compra del papel se realizó, explican en Tribunales, mediante un mecanismo de excepción aprobado por Daura en mayo de 2013 ad referéndum del Directorio de la empresa estatal, que nunca trató el asunto.
La Unidad Ejecutora Bicentenario, que era dirigida por Javier Grosman, jamás envió -según los investigadores- el material digital para realizar el libro y tampoco pidió la devolución del adelanto de 800.000 pesos que recibió la Casa de Moneda.
El libro jamás salió a la luz. Solo quedaron algunas muestras de lo que iba a ser en la Casa de Moneda. En la parte superior de cada página del libro que nunca se publicó se iba a leer "República Argentina Patria Libertad Igualdad". Y también "Valores de una década ganada para el futuro de la Nación". Entre lo poco que se halló, aparecen ilustraciones en las que se destaca el aumento del empleo producido desde 2003 y la inversión en energía. También se pudo rescatar una frase de Néstor Kirchner sobre la energía que se iba a imprimir a doble página: "Es necesario entender esta nueva dinámica que tiene el país en el sentido de desarrollar una nación interconectada, que permita además que todos cuenten con energía para poder desarrollar valor agregado en los lugares de origen".
El fiscal Carlos Rívolo cuando impulsó la investigación señaló que "En apretada síntesis, las numerosas inconsistencias e irregularidades expuestas hasta aquí, permitirían concluir que todo el proceso licitatorio habría estado direccionado a que sea 'Casa de Moneda' la oferente que lo ganara, recurriendo a terceros para poder cumplimentarla y trabajando a 'costo hundido' para poder presentar la oferta –evidentemente- más conveniente". Lo cierto es que Casa de Moneda cobró la suma de $800.000 por un trabajo que no realizó, no obstante lo cual Secretaría General de la Presidencia de la Nación no hizo reclamo alguno y, a la fecha, se debe afrontar el perjuicio generado por la existencia de una importante cantidad de papel que no sólo no fue registrado debidamente y no puede utilizarse para las funciones propias de Casa de Moneda, sino que además implica ocupar un gran espacio físico tanto en la sede de la entidad como en los depósitos de la firma Anselmo Morvillo que, actualmente, reclama una abultada deuda por su almacenaje durante todo este tiempo.
Bonadio citó a indagatoria a 18 personas entre las que están Parrilli, Daura y Grosman. Las declaraciones comienzan el 5 de diciembre próximo y están programadas hasta fin de año.
También deberá declarar Matías Njirjak, cuñado de Daura que fuera Jefe de Gestión Institucional del área de Relaciones con la Comunidad de la Casa de Moneda. Njirjak fue -según la documentación del expediente- quien motorizó el trámite interno en la Casa de Moneda. La lista se completa con los otros ex integrantes de la Casa de Moneda, de la Secretaría General de la Presidencia y de la Unidad del Bicentenario que participaron del proceso licitatorio y la autorización de los pagos.