A todo o nada: el Gobierno negocia a contrarreloj el voto electrónico

El Ejecutivo y los principales legisladores estudian alternativas para que el tratamiento de la ley de Reforma Electoral en el Senado, prevista para la semana que viene, sea exprés

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La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos desestabilizó la arena política local y se convirtió, casi con exclusividad, en un tema de referencia transversal a todos los partidos y dirigentes. Pero los comicios que llevaron al poder al empresario platinado se realizaron en un momento incómodo para las aspiraciones parlamentarias del Gobierno: el tratamiento en el Senado de la Reforma Electoral se pospuso una semana, y lo que no tiene Cambiemos es más tiempo.

El principal inconveniente sigue siendo la instrumentación del voto electrónico en las próximas elecciones legislativas. Puntualmente por la incorporación de un chip que permite el escrutinio digital y que, según denuncian los expertos y los principales diputados y senadores de la oposición, es vulnerable y puede ser fácilmente leído a distancia.

Consultado por Infobae, uno de los funcionarios que tiene su despacho en Casa Rosada lanzó un ultimátum. "No fue la mejor semana para que se vayan a Estados Unidos y paralicen el Congreso. Ahora se va a tratar la semana que viene, y seguramente en el Senado hagan modificaciones, con lo que volverá a Diputados. El 23 de noviembre es nuestra última oportunidad para poder llegar a tiempo con las licitaciones y la capacitación".

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Para alcanzar este plazo, los senadores deberán discutir en plenario de comisiones el proyecto, en una convocatoria a las apuradas, y alcanzar un dictamen para trasladar el debate al recinto.

Para Mauricio Macri no hay términos medios. Quiere que el sistema que viene a enterrar la boleta de papel se implemente en todo el país o nada. No quiere pruebas pilotos ni una implementación paulatina del nuevo sistema, que es otro de los reclamos de la oposición, o que por lo menos se utilicen los dos sistemas en paralelo. En este punto el oficialismo no quiere ceder.

A principios de noviembre, el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, y el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez, fueron al Senado a defender la iniciativa. "El proyecto habla de incorporar tecnología, no de un sistema en particular. Y vamos a tener un doble control: electrónico y manual", afirmó el funcionario en aquel momento.

Además, insistió: "Se necesita tiempo para implementar una reforma tan ambiciosa como esta. Lamentablemente, no podemos pasarnos de determinado punto porque no vamos a poder contar con el tiempo necesario para la implementación del sistema tecnológico".

 
 
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