Por qué Macri está preocupado por los mosquitos

Se acerca el verano y la preocupación por optimizar las estrategias de prevención y comunicación frente a enfermedades como el dengue y zika causadas por el mosquito Aedes aegypti. A qué le teme el Gobierno

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Aedes aegypti, el tipo de mosquito que transmite el virus del dengue. (Reuters)
Aedes aegypti, el tipo de mosquito que transmite el virus del dengue. (Reuters)

Mauricio Macri está muy preocupado por los mosquitos. El martes pasado, después de la tradicional reunión de gabinete y durante la reunión de seguimiento de gestión, el ministro Jorge Lemus le presentó un informe de situación y el plan de acción de cara al verano sobre el dengue y el zika, las dos enfermedades epidémicas que en las últimas semanas empezaron a obsesionar al Presidente y a su gabinete.

Por estos días, el Gobierno empezó a desplegar una campaña publicitaria relacionada con el dengue, la fiebre chikunguña y el zika y la eliminación de los criaderos de los mosquitos que transmiten las enfermedades. En ese sentido, el pedido de Macri al Ministerio de Salud fue el de hacer hincapié en un "cambio cultural" de la sociedad destinado a concientizar a la población en cuestiones de prevención. Los sondeos que manejan en la Casa Rosada dan cuenta que el 90 por ciento de los encuestados sabe lo que hay que hacer en relación a la eliminación de los huevos de los mosquitos, pero voceros de Salud aseguraron que es muy bajo el porcentaje que lo hace.

En esa línea, en el entorno de Lemus explicaron que la mejor prevención es evitar la acumulación de agua. Está comprobado a nivel mundial que los neumáticos abandonados, que abundan en nuestro país, son los mejores aliados de los mosquitos para la reproducción -pueden poner cientos de huevos- cuando acumulan agua. La fumigación, abundaron, ya no surte demasiado efecto por la resistencia desarrollada por los vectores. Solo sirve en casos donde hay focos.

El año pasado, el país alcanzó el récord de casos de dengue, que en la Argentina es epidémico -por las bajas temperaturas durante gran parte del año, en especial en el invierno- y no endémico como en los países tropicales de la región: casi 50.000 infectados y 10 casos fatales. La estrategia del Poder Ejecutivo apunta a evitar que este verano se supere la marca. El último pico, antes del brote de principios de este año, había sido en el 2009.

Jorge Lemus, ministro de la cartera de salud
Jorge Lemus, ministro de la cartera de salud

De todos modos, y más allá del dengue, la obsesión de Lemus por estos días pasa por el zika. Fue el tema que consumió gran parte de la reunión del martes del ministro con el Jefe de Estado. El verano pasado, por caso, la enfermedad, que afecta principalmente a mujeres embarazadas, no había tenido rebote en la Argentina. Ahora, el temor del Gobierno radica en un rebrote en el país.

La cercanía del verano y la necesidad de concientizar sobre los cuidados de los viajeros y locales frente al dengue, zika y chikungunya; y los rumores de que esta temporada estival traerá altas temperaturas, además de cortes de luz, instalaron con más fuerza el tema de 'los mosquitos' sobre la mesa.

Por eso, desde el Ministerio de Salud conformaron un equipo interministerial para lanzar en las próximas semanas un esquema preventivo: todos los ministros ya fueron empapados por el tema. Y no se descarta una acción conjunta de todos los funcionarios en diversas actividades a nivel nacional. Misiones es, en ese sentido, la provincia más afectada por su cercanía con la triple frontera. Pero el año pasado, por ejemplo, hubo por primera vez casos de dengue en Bahía Blanca, en el límite con la Patagonia.

Para Raúl Forlenza, director de Epidemiología del ministerio de Salud de la Nación "ahora que es cuando ya está empezando la reproducción, es el momento de complicarle la vida al mosquito Aedes aegypti". Así puntualizó la estrategia frente a la prevención y control del dengue, zika y chikungunya, las tres enfermedades transmitidas por ese insecto.

Forlenza aseguró que "la eliminación de criaderos es la mejor medida costo-efectiva, pero esto puede ser una ilusión si no logramos una clara participación de la sociedad". "Estamos hablando de reunir a todos los actores de la comunidad para aumentar la conciencia y el compromiso de la población para que estas enfermedades sean de menor impacto", insistió el funcionario.

El zika, que también se contagia por relaciones sexuales, tuvo su pico el año pasado en Brasil. De hecho, las autoridades volverán a alertar este verano a las mujeres embarazadas que viajen por la región en general, y en el país vecino en particular. Hoy, la enfermedad se expandió por toda América. De hecho, las empresas extranjeras radicadas en la región suelen retirar a sus empleados que trabajan en este lado del planeta cuando se contagian de dengue o zika, para no exponerlos a futuros contagios.

Los primeros casos se detectaron en la década del 40 en el río homónimo, en África, por el contagio de los monos. Luego tuvo un rebrote a fines de los 80 en la micronesia francesa, y años más tarde en la Isla de Pascua. Llegó a Brasil por un grupo de veraneantes de Pernambuco que visitaron esa isla.

En febrero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció una emergencia de salud pública de importancia internacional, tras el aumento de malformaciones neonatales y trastornos neurológicos asociados con la circulación del zika. Actualmente, 45 países y territorios de las Américas confirmaron casos autóctonos por transmisión vectorial del virus.

La situación epidemiológica reciente de las tres enfermedades en la región de las Américas se caracteriza por la ocurrencia de importantes brotes en sus principales centros urbanos, ocasionando una gran carga a los servicios de salud y en la economía de los países afectados. En 2016 fueron notificados alrededor de 2 millones de personas con dengue, 500 mil con zika y 100 mil con chikungunya. También fueron registradas 836 muertes por dengue y 2066 casos de síndrome congénitos asociados a la infección por el virus Zika.

En el caso argentino fueron notificados 76.734 casos y 10 muertes sospechosas por dengue en 15 jurisdicciones del país, incluyendo la región metropolitana de Buenos Aires. También, por primera vez, fue confirmada la transmisión autóctona de zika y chikungunya en el territorio argentino.

Macri quiere llegar a enero -el pico suele darse durante la Semana Santa, a fines de marzo- con la menor paranoia posible. La proximidad de las elecciones legislativas, claves para la suerte de la segunda parte del mandato presidencial, obliga al Jefe de Estado a redoblar esfuerzos.

 
 
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