Claves y secretos de la audiencia entre Francisco y Macri

Por primera vez, el Papa y el Presidente hablaron sin condicionamientos, ni prejuicios

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Traje unos mapas. ¿Los quiere ver?-, le propuso Mauricio Macri al papa Francisco cuando se quedaron a solas.

Sí. Claro. Muéstreme-, respondió Francisco.

Ahí conectaron.

Por primera vez, el Papa y el Presidente hablaron sin condicionamientos, ni prejuicios. Una nueva etapa se había iniciado, tras malos entendidos, gestos infructuosos y una lucha secreta entre cruzados que operaban en Olivos y Santa Marta.

Los mapas que Macri le llevó a Francisco (Infobae)
Los mapas que Macri le llevó a Francisco (Infobae)

Macri desplegó cuatro mapas que describen el Plan Belgrano, el Plan de Primera Infancia, el Plan de Infraestructura Vial y el Plan de Ferrocarriles de Carga. Uno por uno, el Presidente le explicó al Papa qué significan en su programa de gobierno y cómo van a impactar sobre los niveles actuales de desocupación, pobreza y educación.

Francisco se enganchó con los argumentos de Macri, y aprovechaba cada respiro del Presidente para contar una anécdota personal o argumentar sobre la importancia de los ferrocarriles en el desarrollo del interior. Codo a codo, en un instante inédito e histórico, los dos jefes de Estado nacidos en la Argentina conversaban sobre un país que aún está a principios del siglo XX.

Macri describió un plan en el Conurbano para asfaltar 300 kilómetros de calles de barro. Francisco elogió a María Eugenia Vidal y su mirada sobre la gestión pública y los pobres.

El Presidente hizo hincapié sobre el Plan de Primera Infancia y su capacidad para atenuar el impacto de la desnutrición entre los recién nacidos en total pobreza. Francisco recordó su relación con Carolina Stanley y su obsesión para llegar con la ayuda social a los sectores más carenciados.

A partir de estos mapas, el Sumo Pontífice y el presidente argentino lograron sintonizar (Infobae)
A partir de estos mapas, el Sumo Pontífice y el presidente argentino lograron sintonizar (Infobae)

Como un milagro político, en pleno corazón del Vaticano, los mapas de Macri lograron una calidez en la audiencia privada que jamás hubiera ocurrido si la reunión a solas hubiera transitado por ideas abstractas o complejos análisis globales. El Presidente y el Papa tienen miradas dialécticas distintas, pero coinciden sobre los males actuales que azotan a la tierra: el desencuentro, la corrupción, el cambio climático, la pobreza, la guerra por etapas y la crisis de los refugiados, por citar algunos temas de perspectiva común.

Macri describió qué estaba haciendo con las energías renovables, y Francisco reveló que puso en marcha un plan para utilizar energía solar en Santa Marta. El Presidente enfatizó la experiencia de paz en Colombia, y el Papa agregó que había que apoyar ese proceso de paz que es clave para la región. Ambos coincidieron en la necesidad de contener la crisis humanitaria que implican millones de refugiados que escapan de la crisis de Medio Oriente.

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Cuando terminó la audiencia privada, el Papa recibió a la familia extendida del Presidente. Ese gesto, no fue sólo para Macri. Ese gesto también fue para el ala conservadora de la Iglesia que no entiende a la modernidad y a las nuevas familias. Francisco recibió a 'los míos, los tuyos y los nuestros' del presidente argentino. Ese recibimiento tiene un mensaje de calidez personal, y representa además una imagen ecuménica que el Papa quiere exhibir dentro y fuera del Vaticano.

Anoche, en el Vaticano y en la delegación oficial, se trasmitía el mismo mensaje. El Papa está feliz, y el Presidente también. Fueron seis meses de trabajo silencioso, de internas silenciadas y de la búsqueda de un método de aproximación que unieran a las dos partes en un diálogo franco. Macri encontró el mecanismo y Francisco lo convalidó.

Sólo falta que los dos salgan a caminar por las márgenes del rio Tíber.

*Enviado especial a Roma

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