Sudado, y después de pasear en bicicleta durante casi una hora y media hasta las afueras de esta capital italiana con el Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, el presidente Mauricio Macri se mostró optimista de cara a la reunión privada que mantendrá mañana con Francisco. "Estoy muy bien para mañana", contestó el jefe de Estado a Infobae y un grupo de enviados acerca del encuentro con el Papa.
"Las interpretaciones se las dejo a ustedes, que se divierten con esto. Poli me había dicho hace unos meses que cuando viniera a Roma me iba a llevar a andar en bicicleta", explicó Macri a metros de la entrada del De Russie, el hotel en el que se hospeda, consultado acerca de la foto conciliadora con el arzobispo de Buenos Aires a horas de la cumbre de mañana en la Santa Sede.
El Presidente arribó a Roma en el mismo vuelo de Alitalia en el que también viajó Poli. De hecho, Macri se acercó antes de despegar a la clase turista, en la que voló el arzobispo -acorde con la austeridad vaticana- para saludarlo. Hubo aplausos entre los pasajeros.
En la comitiva presidencial se respiraba esta tarde un clima distendido y más que optimista ante la reunión privada que mañana por la mañana el Presidente y su familia mantendrán con Su Santidad. "No hay ninguna razón para pensar en que la reunión no saldrá bien", aseguró la canciller, Susana Malcorra, en el lobby del hotel.
Después de dormir durante un par de horas, Macri almorzó con su mujer, Jualiana Awada, y sus hijas Antonia y Valentina -del primer matrimonio de la primera dama- en el restaurante "Il Moro", a metros de la Fontana di Trevi. Desde allí, el jefe de Estado caminó solo hasta el hotel, unas quince cuadras, acompañado solo por un custodio a unos metros.