A la polémica por las plazas, hospitales, y diferentes construcciones que llevan el nombre de Néstor o Cristina Kirchner ahora se sumó el titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, quien en Twitter se preguntó "¿qué hacemos con las placas recordatorias que hay en el hall del Centro Cultural Kirchner?".
La consulta de Lombardi tiene que ver con que en un sector del imponente CCK hay dos placas en las que se puede leer "este edificio fue reinaugurado el 21 de mayo de 2015", y debajo los nombres de la ex presidente, Cristina Fernández de Kirchner, el ex ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio de Vido, la ministro de Cultura, Teresa Parodi, y el ex secretario de Obras Públicas, José Francisco López.
¿Qué pensamos y qué hacemos con las placas recordatorias que hay en el hall del CCK? –> https://t.co/u9KaoPKC3p pic.twitter.com/jMmgkFv9xh
— Hernán Lombardi (@herlombardi) 1 de octubre de 2016
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En un texto publicado en Facebook, Lombardi consideró que una "ley que regule estas decisiones sobre los criterios para imponer nombres fortalecerá este cambio cultural imprescindible", y argumentó que "quienes prefieren la piqueta a la memoria creen que hay una sola forma de superar el pasado: dinamitándolo".
"Nosotros pensamos, en cambio, que los símbolos y los testimonios de una etapa superada de nuestra historia deben preservarse para que sirvan a la memoria y alimenten la comprensión crítica de aquello que ha quedado atrás", agregó el titular del Sistema Federal de Medios Públicos.
El ex ministro de Turismo, Cultura y Deportes de Fernando de la Rúa además consideró que "la preservación de los símbolos de una etapa terminada se realiza desde un presente distinto a ese que ahora ha quedado atrás. Esa diferencia se nota con más claridad cuando el pasado se preserva que cuando el pasado se destruye u olvida".
"El tiempo apacigua los fanatismos y permite una óptica más reflexiva. Una ley que regule estas decisiones sobre los criterios para imponer nombres fortalecerá este cambio cultural imprescindible", concluyó Lombardi.
El texto completo
ANTE LOS SÍMBOLOS DEL PASADO
Quienes prefieren la piqueta a la memoria creen que hay una sola forma de superar el pasado: dinamitándolo. Nosotros pensamos, en cambio, que los símbolos y los testimonios de una etapa superada de nuestra historia deben preservarse para que sirvan a la memoria y alimenten la comprensión crítica de aquello que ha quedado atrás. Esa memoria enriquecida por la conciencia crítica puede contribuir a que no se repita lo que ya pasó y, a la vez, a que se comprenda mejor la naturaleza de aquello que se quiere evitar.
la preservación de los símbolos de una etapa terminada se realiza desde un presente distinto a ese que ahora ha quedado atrás. Esa diferencia se nota con más claridad cuando el pasado se preserva que cuando el pasado se destruye u olvida. Las democracias sólidas se construyen con conciencia y no con negación de los vaivenes de la historia.
A su vez la hipertrofia de la toponimia nos sesga y nos divide. Todos somos la Argentina y no podemos desperdiciar a nadie. Pero tomar un tiempo de reflexión y análisis antes de poner nombres a obras y edificios es de buena práctica republicana. El tiempo apacigua los fanatismos y permite una óptica más reflexiva. Una ley que regule estas decisiones sobre los criterios para imponer nombres fortalecerá este cambio cultural imprescindible.
No hay que inventar la historia. Hay que entenderla. Abrirnos a su complejidad, recrearla sin distorsiones o presumiendo que todo empieza con nosotros.
No hay victoria sobre el pasado si el odio es el que dicta nuestros actos e inspira nuestras palabras en la relación con él. No queremos darle la espalda a lo sucedido, queremos superar lo sucedido con más democracia y más justicia que aquella que hubo en ese presente que ahora es pasado.