A principios de año, a pocas semanas de haber asumido la presidencia, Mauricio Macri activó una estrategia política diseñada en el laboratorio de la mesa de campaña de Cambiemos: descartada la ex mandataria Cristina Kirchner por ser parte de la pesada herencia, eligió como opositores "responsables" al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. El objetivo era –y aún lo es- dividir al peronismo para poder gobernar con cierta tranquilidad, sobre todo en esta etapa de fragilidad parlamentaria.
A ellos, a los peronistas bendecidos, se les otorgó un trato preferencial que tiene poco de altruismo y mucho de especulación política. A Massa lo llevó de paseo a la cumbre de negocios realizada en Davos, Suiza, y le entregó cuotas de poder en la provincia de Buenos Aires; Urtubey se sumó a la comitiva oficial que visitó al papa Francisco en el Vaticano. Gestos.
Claro que el riesgo es fortalecer a dos posibles adversarios para 2019. Pero para eso falta mucho. "Es un contrincante razonable. Moderado. Nos sirve que crezca en este escenario", explicó a Infobae un funcionario que tiene su despacho en Casa Rosada.
A diferencia del tigrense, ya curtido en elecciones nacionales (en los últimos comicios presidenciales, obtuvo 5.386.977 de votos), el gobernador de Salta mantiene la hegemonía del poder en su provincia (va por su tercer mandato seguido), pero todavía no logra traspasar las fronteras. Algo parecido le adjudicaron a Macri y al PRO durante sus ocho años como jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El casamiento con la actriz Isabel Macedo viralizó su nombre por las redes sociales, canales de televisión y medios de comunicación. Las galerías de fotos muestran a la feliz pareja rodeada de famosos y de dirigentes de toda clase y color. Políticos, empresarios, representantes de la iglesia y de ONG's, futbolistas. Todos juntos, mezclados, bailando el carnaval carioca.
La ceremonia, así, en cadena nacional y en las tapas de revista, asoma como un trampolín para difundir la marca “Urtubey” por todo el país
El gobernador tiene buena relación con Macri (aunque estuvo invitado no acudió a la boda, prefirió tocar timbres en el conurbano bonaerense con María Eugenia Vidal), pero todavía mejor con la vicepresidenta Gabriela Michetti, con el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Mantiene, además, buenos vínculos con el empresariado: su hermano, José Urtubey, es vicepresidente de la UIA, y entre los invitados estuvieron Alejandro Bulgheroni, el empresario farmacéutico Marcelo Figueiras, entre otros.
La ceremonia, así, en cadena nacional y en las tapas de revista, asoma como un trampolín para difundir la marca "Urtubey" por todo el país. "Hay muchos dirigentes que están buscando un posicionamiento. Me parece lógico", aseguró el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, cuando le consultaron sobre su par de Salta en los últimos días.
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Previo al casamiento, la agenda del mandatario salteño estuvo bastante cargada: "Planteamos ser oposición de una manera seria y responsable. Es un ejercicio que los peronistas debemos llevar adelante con compromiso", dijo durante una recorrida por La Rioja a principios de septiembre. Antes visitó las provincias de Mendoza, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Santa Fe. También mantuvo un encuentro con los intendentes bonaerenses del Grupo Esmeralda.
Tendrá como desafío, si es que quiere ser presidente en el 2019, dotar de robustez su armado político. Sin intenciones de exponerse a una candidatura legislativa el año que viene, tiene muchos frentes abiertos: la división del peronismo, la relación con los otros gobernadores del PJ y con el bloque peronista del Congreso. Pero, de nuevo, para el próximo turno presidencial falta mucho.