"El papa Francisco es una radicalización del papa Benedicto. Esa discontinuidad que se les atribuye es solo en las formas, pero en la percepción de la radicalidad del problema de la sociedad de hoy y en las soluciones yo veo una gran continuidad".
Lo dijo una figura relevante de la Iglesia a nivel global, Julián Carrón, el sacerdote español que conduce Comunión y Liberación (CL) y que estuvo en Buenos Aires para presentar su último libro, "La belleza desarmada".
En una entrevista en Infobae TV, Carrón señaló que la llegada de Jorge Bergoglio al papado "ha sido providencial". "Benedicto es una grandísima personalidad que hacía una descripción única de las cosas, pero cuántos lo entendían. Francisco, por su práctica pastoral y por su relación con la gente, responde más pertinentemente a la situación histórica", explicó.
En ese sentido, Carrón consideró que la razón de ser del papado de Francisco "es mostrar la misericordia para responder a las heridas más profundas del hombre de hoy, que son el desinterés, el miedo a la existencia, la incapacidad de abrazarse a sí mismo…".
Y ése es, precisamente, el tema principal del libro de Carrón: una vuelta a la esencia del mensaje católico en un intento de llenar un vacío que afecta principalmente a los jóvenes, tanto en Europa como en América latina.
"En muchos jóvenes reina una gran nada. Es un desafío transversal: no hay algo que suscite interés y que evite ese vacío profundo que constituye el origen de esa desesperación que termina en la violencia", sostuvo.
Según el autor, esa "gran nada" puede derivar en los atentados terroristas de los jóvenes europeos enrolados en el Estado Islámico como en la delincuencia en el Gran Buenos Aires o tantas ciudades latinoamericanas.
"Y no es solo un problema de pobreza porque, por ejemplo, en Europa estamos viendo tantos hijos de familias acomodadas que se afilian al Estado Islámico. No: la falta de algo que sea capaz de atraer a las personas afecta a todos los niveles", aclaró.
"Nosotros creemos en la belleza desarmada de la fe, en que el cristianismo puede ofrecer todavía una respuesta para desafiar esa nada, ese desinterés. Y esto nos lleva a la exigencia de mejorar la educación, que es clave", completó.
Es antigua la relación entre Francisco y Comunión y Liberación: el Papa suele recordar que los libros de monseñor Luigi Giussani, el fundador de ese grupo, le resultaron muy inspiradores incluso antes de que fuera nombrado arzobispo de Buenos Aires.
Giussani murió en 2005 y fue sucedido por Carrón. Comunión y Liberación tiene presencia en 80 países, incluida la Argentina.