Periodismo militante M: la corresponsal de Télam en Estados Unidos ahora también es jefa de prensa de la Embajada

Melisa Cabo es la segunda designación polémica en la sede diplomática. La asociación de diplomáticos fue a la Justicia por el nombramiento de Guillermo Laje como encargado de promoción comercial

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Puede ser una señal de que el periodismo militante sigue vivo. O una nueva muestra de las dificultades que exhibe el gobierno de Cambiemos para reconocer conflictos de intereses e incompatibilidades entre funciones. Lo cierto es que la corresponsal en Washington de la agencia pública de noticias Télam, Melisa Cabo, pasó a desempeñarse en simultáneo como encargada de prensa de la Embajada argentina en la capital estadounidense.

Se trata de la segunda designación polémica en la sede diplomática a cargo de Martín Lousteau. La primera fue la de su primo, Guillermo Laje, como Representante Especial para la Promoción Comercial con rango de ministro de primera clase. Su nombramiento, en marzo pasado, irritó a los diplomáticos, que entienden que ese cargo les corresponde por ley. El presidente de la Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación (APSEN), Eduardo Mallea, envió su queja por carta a Susana Malcorra. Ante la falta de respuesta de la canciller, el conflicto escaló a la Justicia. Según pudo saber Infobae, la APSEN se presentó ante el fuero Contencioso Administrativo Federal en busca de una declaración de certeza que dirima si el nombramiento de Laje se encuadra o no en la Ley de Servicio Exterior. "Miren su currículum", es la respuesta del embajador cuando lo consultan por el tema. Laje, que fue su jefe de campaña en las elecciones porteñas del año pasado, tiene una larga trayectoria en el sector bancario y, sostiene Lousteau, está "altamente capacitado" para el cargo en que fue designado.

En su perfil de Twitter, Cabo se presenta como corresponsal de Télam y no hace referencia a su función como encargada de prensa de la Embajada.
En su perfil de Twitter, Cabo se presenta como corresponsal de Télam y no hace referencia a su función como encargada de prensa de la Embajada.

El camino de Cabo es más curioso. Ingresó a trabajar en la web de la agencia estatal de noticias durante el kirchnerismo y en poco tiempo fue designada como corresponsal en Washington, uno de los puestos más destacados de cualquier redacción, al que suelen llegar periodistas de trayectoria. Fuentes de Télam contaron a Infobae que fue fundamental el "padrinazgo" del entonces director de la agencia, Martín Granovsky, y del ex canciller Héctor Timerman. De hecho, era común verla moverse junto a ellos en los viajes de los funcionarios kirchneristas a Estados Unidos.

Melisa Cabo
Melisa Cabo

Desde abril de este año, ya con el nuevo gobierno, Cabo comenzó a desempeñarse como encargada de Prensa y Difusión de la Embajada en Washington, como lo informa la propia web de la sede diplomática, mientras continúa su tarea como corresponsal de Télam (vale aclarar, después de años de confusión de roles, que se trata de posiciones incompatibles en cualquier deontología profesional, aunque ninguna ley especifique nada al respecto. Como jefa de Prensa y Difusión, debe publicitar las actividades de la Embajada y del gobierno argentino y las virtudes del país en general y responder consultas de la prensa en nombre del embajador. Mientras que como corresponsal de una agencia de noticias pública que intenta recuperar su rol profesional y alejarse de la propaganda gubernamental debería cubrir con una mirada crítica las noticias que ocurren en los Estados Unidos y el desempeño en ese país de los funcionarios argentinos, incluido su nuevo jefe, el embajador).

La página web de la Embajada Argentina en Washington donde Melisa Cabo aparece entre los funcionarios.
La página web de la Embajada Argentina en Washington donde Melisa Cabo aparece entre los funcionarios.

Durante los últimos meses, cuando Cabo ya se desempeñaba en la Embajada -donde tiene escritorio y computadora-, Télam publicó los despachos que envió cuando visitaron la capital estadounidense Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Alfonso Prat-Gay, entre otros funcionarios. También sus crónicas de distintos ágapes en el señorial palacete de Dupont Circle que ocupa la Embajada. Todos textos de tono celebratorio, similar al de una gacetilla de prensa. También cubrió para la agencia las convenciones republicana (en Cleveland) y demócrata (en Filadelfia).

Algunos de los cables que firmó Cabo como corresponsal de Télam, mientras ya trabajaba como encargada de prensa de la Embajada.
Algunos de los cables que firmó Cabo como corresponsal de Télam, mientras ya trabajaba como encargada de prensa de la Embajada.

Ante la consulta de Infobae, Lousteau explicó que la Cancillería limitó el envío de nuevo personal civil a la Embajada y que por eso está intentado sumar colaboradores entre los argentinos que residen en el área. Así, ante la "necesidad de tener una persona que se encargue del área de prensa", decidió sumar a Cabo y aseguró que desempeña sus funciones ad honorem. El embajador admitió que su doble rol en Washington pueda generar "inquietudes", pero dijo que él es "responsable de tabicar y mantener bien diferenciadas sus tareas" y "no hacer distinciones entre ella y el resto de los corresponsales y periodistas".

Mientras tanto, en Télam, sus tareas en Washington de ambos lados del escritorio parecen haber comenzado a hacer algún ruido. Una fuente de la agencia aseguró que Cabo fue apartada de la cobertura del viaje que comienza hoy Mauricio Macri en Nueva York para participar de la Asamblea de la ONU. Sin embargo, aún no está claro cuál será su futuro en la agencia.

Las designaciones de Laje y Cabo se dan en un clima espeso en la Embajada y los consulados argentinos en Estados Unidos tras la orden de hace pocas semanas para que todo el personal civil que supere los 65 años deje sus funciones antes de diciembre. Lousteau explicó que se trata de una comunicación que bajó la Cancillería para recortar gastos, pero lo cierto es que tomó por sorpresa a una docena de empleados administrativos y de mantenimiento -argentinos y de otras nacionalidades-, que deberán desarmar con premura la vida que armaron juntos a sus familias en Estados Unidos durante las últimas décadas, sirviendo en las distintas legaciones diplomáticas del país.

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