El ex titular del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) Omar Suárez, "Caballo" en la jerga sindical, quedó detenido por orden del juez federal Rodolfo Canicoba Corral en la causa abierta en su contra por el entorpecimiento de las vías navegables.
El magistrado ordenó el lunes el procesamiento y la prisión preventiva del sindicalista por considerarlo jefe y organizador de una asociación ilícita y por extorsión, a lo que le sumó un embargo por 10 millones de pesos. Suárez se entregó ayer pasadas las 7 en los tribunales de Comodoro Py, y ya está alojado en el penal de Marcos Paz.
Además del ex titular del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, la resolución de Canicoba Corral también abarca a otros cuatro acusados.
Durante la noche de este martes, en el programa Confesiones en la noche – que conduce Cristina Pérez y transmite Radio Mitre – habló el empresario Gustavo de la Sota, director de Pontemar y Marítima Austral, y reveló detalles exclusivos sobre Suárez.
La entrevista de Radio Mitre
"Fuimos extorsionados, nos han amenazado. Te llamaban a las once de la noche a tu casa. Hacían todo lo posible para que la gente se cansara y deje sus buques y sus activos en el país, y los usen otros. Nos pasó de todo. No era un combate por los derechos de los trabajadores. Si había empresas que no eran del agrado del Gobierno anterior, o de alguna otra corporación, debían ser expulsadas. Con métodos toscos y burdos. Directamente, hacía que la empresa no pudieran mover los barcos. Elegían cualquier motivo", dijo Gustavo de la Sota.
"Evidentemente, esto estaba orquestado desde el mismo Gobierno. Suárez tenía una protección inusual. Nosotros nos hemos entrevistado con el ex ministro Carlos Tomada. Nos decían que no podían hacer nada contra Suárez. Sus caprichos eran tener buques y ser accionista", detalló.
"Me acorralaron entre 10 personas en una salita de tres metros por tres metros, y me dijeron que si no podía manejar la empresa se la diera a él. Amedrentaban a los empresarios para que entreguen o se retiren. En mi caso, nos han minimizado y no permitieron que crezcamos", continuó.
Si algún buque no les gustaba, mandaban a un amigo de ellos para realizar sabotajes
Además, detalló: "Había muchísimos negocios con el gas, y esta gente participaba en todos. Suárez era un ente regulador, decidía qué se comerciaba. En un momento, decidió que el pescado de Mar del Plata no se podía exportar, y no se podía exportar. Aniquiló a la marina mercante. Muchos armadores se fueron de la bandera nacional. No sólo perjudicó a las empresas, sino a sus propios afiliados que se abarrotaban en la puerta del sindicato para que les dieran trabajo. Si algún buque no les gustaba, mandaban a un amigo de ellos para realizar sabotajes".
"La Justicia se ha despertado ahora. Suárez no se mostraba mucho, aparecía poco. Despreciaban las coimas porque era algo chico para ellos. Muchísimas veces pensé en dejar mi empresa. Nos insultaban y armaban conflictos. Aguantamos hasta hoy, y tenemos más esperanza", concluyó.
Por otro lado, en un reportaje con Alejandro Fantino, la interventora del SOMU – Gladys Gonzalez – aseguró: "Entorpecía la navegación extorsionando. Por ejemplo, eliminaba la competencia de empresas a las que quería beneficiar. No te dejaba operar. Extorsionaba permanentemente a las empresas para sacarlas de competencia. No es solo un problema del sindicato porque paralizaba el comercio".
Sobre la familia de Suárez, detalló: "Lo que hizo, fue usar el sindicato para armar empresas que eran proveedoras de si mismas. Y que el SOMU, a su vez, les pagaba por servicios difíciles de constatar. Hay 16 empresas, relacionadas con él y con su entorno: su hijo, su hija, su sobrino. Son testaferros, monotributistas, empleados. Así sacaban el dinero que el SOMU le pagaba a las empresas, pero también recibían el dinero de la extorsión. Todos ellos forman parte de esta asociación ilícita. El sindicato tiene un ingreso por aportes de 25 millones mensuales, entre 15 mil afiliados".
"Hay cinco seccionales en las que no podemos entrar. Por ejemplo, Rosario", detalló.