La Confederación General del Trabajo (CGT) da hoy un paso inédito en su historia, al abrir un canal formal de diálogo con grupos piqueteros. El dato es relevante porque se trata de un acercamiento a un sector con el que siempre estuvo enfrentado.
La nueva conducción que integran Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid sella esta tregua en una audiencia con dirigentes del Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
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El encuentro se da en el marco de una serie de reuniones multisectoriales -precisa Ámbito Financiero– que apunta a convertir a la central obrera en una especie de faro de los reclamos opositores.
Este acercamiento resulta inquietante para el gobierno nacional, porque se produce en un contexto de amenazas de paro y de un paulatino deterioro en la relación de la CGT con la administración macrista.
La audiencia comenzó a las 10:45 en la sede de la central obrera, con Emilio Pérsico y Fernando "Chino" Navarro como referentes del Movimiento Evita.
Ambos sectores creen que pueden sacar ventajas de la cita: el triunvirato de la CGT entiende que el contexto de ajuste limita la capacidad de los empleados formales para plegarse a medidas de fuerza, por lo que encuentra en los movimientos piqueteros (mayoritariamente compuestos por desocupados y trabajadores informales) a los aliados ideales para mostrar músculo en la calle.
Por su parte, las organizaciones sociales entienden que poniéndose al amparo de la central obrera están ante una oportunidad histórica de conseguir el paraguas institucional que nunca tuvieron: aspiran a conformar su propia obra social y a tener negociaciones paritarias.