La gobernadora bonarense María Eugenia Vidal, el jefe de Gabinete nacional Marcos Peña y la ministra de Desarrollo Social de la Nación Carolina Stanley caminaron por Ramos Mejía, en el partido de La Matanza. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich recorrió el barrio porteño de Chacarita. Al ministro de Cultura Pablo Avelluto le correspondió la localidad de San Miguel. Y al titular del PAMI Carlos Regazzoni y el secretario general de presidencia Fernando De Andreis les tocó circular por Almirante Brown. Entre otros tantos funcionarios de gobierno, junto a referentes de Cambiemos, cumplieron con el pedido del gobierno que decidió salir a la calle "para charlar con los vecinos" luego de la jornada de protesta que se vivió el jueves 14.
Y no se trató sólo de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, sino que la medida se replicó en dos mil ciudades de los 24 distritos del país con más de veinte mil voluntarios. La idea era "escuchar sugerencias de los vecinos que ayudarán a implementar acciones para los próximos meses".
Es que los cacerolazos preocupan, siempre. Mucho más el que se realizó como respuesta al tarifazo, tema en el cual el Gobierno ya viene afrontando decisiones adversas desde la Justicia.
Así, el "timbreo" vecinal -modalidad que Cambiemos ya había puesta en práctica durante la última campaña electoral (con el éxito a la vista) y que continuará cuando comiencen con el armado electoral para las elecciones legislativas de medio término en 2017- trató de poner paños fríos al reclamo popular por el incremento en las tarifas de luz, gas y agua.
Bajo la consigna Cambiando Juntos, los dirigentes y militantes armaron mesas ejecutoras de gestión y de política integradas por miembros del macrismo, del radicalismo y del peronismo alejado del Frente para la Victoria y del Justicialismo orgánico. Escucharon sugerencias, sonrieron, y se sacaron fotos.