Declara la mujer de Pérez Corradi

Se trata de María Gladys Delgado Benítez. Fue convocada por la justicia paraguaya en el marco de la investigación que se le sigue al narco argentino por falsificación de documentos

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María Gladys Delgado Benítez fue
María Gladys Delgado Benítez fue citada por la fiscal Quñónez (Ministerio de Seguridad)

La fiscal Sandra Quiñónez, titular de la la Unidad Especializada de Hechos Punibles contra la Libertad de las Personas, Antisecuestro y Antiterrorismo de Paraguay citó a declarar a María Gladys Delgado Benítez, la pareja del narcotraficante argentino Ibar Pérez Corradi, detenido la semana pasada en Brasil.

La mujer fue convocada para prestar declaración testimonial en el marco de la causa que se le sigue al empresario por falsificación de documentos. Pérez Corradi, por su parte, fue citado por el mismo expediente para mañana a las 9.

La fiscal Quiñónez había imputado a Pérez Corradi por la supuesta "producción de documentos no auténticos y abuso de documentos de identidad".

En la causa están acusados los policías David Nicolás Benítez Mendoza y Luis González González, también por el "delito de producción de documentos no auténticos", así como de "producción inmediata de documentos de contenido falso" y "cohecho pasivo agravado".

Los efectivos se desempeñaban como funcionarios del Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional y la Justicia cree que habrían elaborado los documentos públicos apócrifos para el narco, quien utilizaba cuatro identidades distintas: tres en la Argentina y una en Paraguay.

Le pagaba a la Policía para mantenerse libre

Ayer, un diario paraguayo reveló un audio en el que Delgado Benítez reveló que su esposo le pagaba a la policía paraguaya para que lo mantuvieran en libertad.

Según la mujer -con la que Pérez Corradi vivió escondido en Ciudad del Este -en mayo de 2015 los siguió un auto blanco que los obligó a detenerse. Eran policías que extorsionaron al acusado por el Triple Crimen de la Efedrina y le exigieron dinero para mantenerlo libre. Según el relato, los efectivos amenazaban con hacerle daño a sus hijos si no pagaba por su libertad.

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