Malvinas: la salida del Reino Unido de la Unión Europea, una oportunidad para Argentina

Tras el referéndum, reina la incertidumbre en las Islas, que ya no gozarán de acceso irrestricto al mercado común

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El gobierno kelper aseguró en un comunicado que la salida de la Unión Europea es un proceso que tomará tiempo y su resultado final no es claro, pero no habrá cambios sustanciales en lo inmediato para su posición. "Vamos a trabajar todo el gobierno, el sector privado y las ONG para seguir indagando todas las posibles implicancias directas e indirectas, en particular relacionadas con el comercio", afirmaron y añadieron que su objetivo será "retener los beneficios que actualmente tienen, sobre todo en relación al comercio".

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea tras el referéndum de ayer puso a las islas Malvinas en una situación incómoda: el Brexit podría dejarlos desamparados a nivel diplomático y aislados en lo económico.

Para los kelpers, la Unión Europea era un paraguas para bloquear el reclamo de soberanía de la Argentina, además de permitirles el acceso al mercado común a sus exportaciones. El Tratado de Lisboa, ratificado en 2009, reconocía al archipiélago del Atlántico Sur como territorio británico, lo que daba apoyo cierto a Gran Bretaña, algo que podría perder fuerza justo en momentos en que, tras el cambio de gobierno, Argentina bajó el tono a la disputa bilateral, aunque los kelpers sospechan que vendrá aparejado de un endurecimiento de la posición.

William Hague, ex canciller de David Cameron, sostuvo días atrás que con el Brexit, el Reino Unido se arriesga "a perder la solidaridad garantizada de 28 naciones respecto de la soberanía británica de las islas Falkland, incluidas aquellas con fuertes lazos con América latina, como España e Italia". En el mismo sentido, el secretario de Defensa Michael Fallon sostuvo que la salida implicaría un peligro diplomático pero prometió que la protección militar continuará.

La posición británica también quedaría debilitada respecto del conflicto con España por el Peñón de Gibraltar, sin contar con el hecho de que las derrota empujó a David Cameron a la renuncia. Sin embargo, más allá del previsible cambio de gobierno, la incertidumbre es moderada: nada hace prever en lo inmediato un cambio radical en la política exterior británica, sin contar con el hecho de que Gran Bretaña seguiría siendo miembro con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La economía de la isla es la principal amenazada: el 60% del PBI malvinense se debe a sus exportaciones pesqueras, el 95% de las cuales son ventas a países europeos. Además, la UE subsidia a los kelpers para diversificar su economía todavía dependiente de la pesca de calamar, mientras que los incentivos al petróleo y el turismo aún no rinden sus frutos.

Esta semana, la canciller Susana Malcorra reafirmó ante Naciones Unidas los derechos "imprescriptibles" de la Argentina sobre las Islas Malvinas, y afirmó que el reclamo sobre el territorio es "irrenunciable y permanente" al participar de una sesión del Comité Especial de Descolonización (C24), en Nueva York.

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