Desde su llegada a Boca, Guillermo Barros Schelotto tuvo algo muy en claro: la necesidad imperiosa de contratar a un marcador central. Este anhelo se agudizó aún más tras quedar afuera de la Copa Libertadores en semifinales, lo que provocó la salida del club del Cata Díaz.
El máximo anhelo para el director técnico es poder volver a tener bajo sus órdenes a Gustavo Gómez, defensor que llevó a Lanús. Y la dirigencia quiso cumplirle, pero nunca pudo concretar la transferencia. La primera vez que lo fueron a buscar, antes de quedar afuera del certamen internacional, el Granate había aceptado la oferta de 3.5 millones de dólares más el arribo de Marcelo Meli, pero luego el Xeneize se retractó.
En los últimos días también fue al ataque, pero la entidad del Sur pidió más dinero (alrededor de 7 millones limpios de impuestos), ya que acordó de palabra la otra mitad de la ficha del paraguayo con Libertad.
Pero como si el escenario ya no fuese complicado para Daniel Angelici y compañía, hora entró a escena un peso pesado: Milan. Los italianos, al ver truncada la posibilidad de tener a Mateo Musacchio, fueron decididos a lograr la adquisición de Gómez.
El agente del futbolista de la Selección de Paraguay se encuentra actualmente en Milano negociando su llegada. La idea del Rossonero es la de llevárselo a préstamo con cargo, y tener la obligación de comprarlo en caso de jugar una cierta cantidad de partidos.