La tragedia estuvo cerca de rozar nuevamente al fútbol argentino este domingo cuando Facundo Curuchet, jugador de Independiente Rivadavia de Mendoza, cayó y golpeó su cabeza contra un muro lateral de la cancha en el partido que su equipo disputó ante Guillermo Brown de Puerto Madryn por la primera fecha del torneo del Nacional B.
El futbolista fue a pelear una pelota con un defensor y, tras un choque involuntario, se estrelló contra el paredón. Rápidamente, fue trasladado por una ambulancia a un centro de salud, donde se le realizaron los estudios correspondientes y, tras constatar que la lesión no fue de gravedad, fue dado de alta.
"Fue un golpe. Ya estoy más tranquilo", dijo Curuchet, una vez que dejó el hospital público de Puerto Madryn. Y, sobre la acción en que chocó con el muro, precisó: "Fue una jugada rápida, fui a tirar el centro y el defensor me echa el cuerpo. Al empujarme, resbalé en el piso y me choqué".
"Se me durmieron las piernas", reveló el fubtolista del elenco mendocino y admitió que se asustó "un poco". "Lo importante es que ya me hice el estudio y no fue nada", destacó.
La jugada que protagonizó Curuchet evocó directamente a la desafortunada acción que provocó la muerte del futbolista Emanuel Ortega en mayo de 2015. En aquel entonces, el jugador de San Martín de Burzaco chocó con un muro perimetral en un partido ante Juventud Unida por la Primera C y sufrió un severo traumatismo de cráneo. Una semana más tarde, falleció en un hospital.
Tras la trágica muerte del joven, la AFA determinó que todos los estadios de la Argentina debían tener colchonetas en los muros para amortiguar el impacto en caso de golpes. En las paredes del estadio en Puerto Madryn, no había.