Un nuevo biosensor, fabricado por el INTI y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), fue probado con éxito en la detección de conjuntivitis en seres humanos y brucelosis en ganado vacuno. Y se espera que pueda ser de utilidad para otras enfermedades infecciosas
La solución está en línea con una tendencia a nivel global que apuesta al desarrollo de biosensores más compactos, económicos, con una mayor integración y más fáciles de utilizar. Del proyecto participó un equipo formado por Gabriel Ybarra, coordinador de la Unidad Técnica de Nanomateriales del INTI; Martín Radrizzani, director del Laboratorio de Neurología y Citogenética Molecular de la UNSAM y Mijal Mass, ingeniera electrónica del Centro de Micro y Nanoelectrónica del INTI quien explicó a Infobae cómo funciona este dispositivo que hace posible determinar la presencia de enfermedades infecciosas a través de un diagnóstico genético, en el mismo lugar en donde se encuentra el objeto o ser vivo a analizar.
-¿Cómo funciona el producto?
Con un hisopo se toma una muestra líquida de la enfermedad que se quiere detectar y se la coloca en el equipo. Si la muestra contiene la secuencia específica de ADN de un virus o bacteria, se hacen muchas copias de esta secuencia y luego de una hora, y bajo condiciones de temperatura estable, se genera un producto fluorescente que puede verse a simple vista. En caso de ser negativo, no se ve el color sobre las ventanas.
-¿Cómo surgió la idea?
La idea surgió por la consulta de un investigador de USAM que quería detectar el origen de las conjuntivitis. Se acercó a INTI y allí dispusimos de dos áreas para atender su inquietud y terminamos desarrollando este equipo.
-¿Qué ventajas tiene el equipo?
Por un lado, el hecho de ser portátil. Además, es mucho más simple que los equipos que se usan hoy a nivel de laboratorio. Por otra parte, el costo es más reducido
-¿Puede aplicarse a otras enfermedades infecciosas?
La consulta surgió en particular por este tema (conjuntivitis) pero podría ser utilizado también para otro tipo de enfermedades infecciosas.
-Eso trasladado al campo, en la salud pública, ¿Qué significa?
Significa que uno puede estar en lo que se conoce como "a pie de vaca", haciendo estos análisis o en salitas de atención primaria, al lado de la persona o del animal infectado. Se obtiene un resultado positivo o negativo para que el médico tome las medidas correspondientes
El costo del dispositivo desarrollado en el INTI es 5 veces inferior al que se consigue en el mercado
-¿Cuál es la experiencia del INTI en materia de biosensores?
Es un trabajo con historia. El primer dispositivo que realizó el Instituto con este funcionamiento fue el NANOPOC, una plataforma desarrollada junto con la Universidad Nacional de San Martín. Este equipo permite detectar mal de chagas, brucelosis y aftosa a partir de los anticuerpos presentes en personas infectadas. El conocimiento adquirido también permitió avanzar en el desarrollo de un biosensor portátil para detectar la presencia de proteínas alergénicas en alimentos y cartuchos con impresión de tintas conductoras, capaces de conducir electricidad.
-¿En qué etapa de desarrollo se encuentra este producto?
Hoy existen dos prototipos. Uno está en poder del investigador que sigue realizando pruebas con distintas enfermedades. Al otro equipo lo tenemos en INTI para hacer ensayos en los laboratorios.
-¿Cuándo comenzará a comercializarse?
No hay una fecha puntual aún, pero estamos trabajando en eso.