El conocimiento es poder, también en el campo de la medicina. Así nació Vipermed, una empresa que ofrece cursos a pacientes para brindarles información fidedigna y útil sobre ciertas enfermedades como la diabetes tipo II, hipertensión arterial, cáncer de mama, EPOC o asma en niños.
Infobae entrevistó a Ignacio Oliveri, el uruguayo CEO de Vipermed, la start up que mereció importantes reconocimientos –del BID, MIT, Ashoka y otras organizaciones internacionales- por su potencial de impactar en la salud pública. La idea inicial de poder usar la tecnología y el poder de la comunicación audiovisual para educar a pacientes explotó cuando lograron asociarse a la Academia Británica de Medicina, una institución de alto prestigio, que les aporta contenidos basados en evidencia científica y bibliografía amplia y actualizada con el que elaboran los cursos. Los mismos se encuentran a la venta en Uruguay, Chile y, desde octubre, en Buenos Aires.
-¿Qué es Vipermed?
Vipermed es una empresa que tiene como propósito hacerles llegar a las personas, educación en salud. Desde hace varios años trabajamos para brindar el derecho a acceder a información que ayude a las personas a mejorar su calidad de vida. Una de las características que tenemos es que contamos con aliados estratégicos. El principal socio de negocios nuestro es la Sociedad Británica de Medicina que nos provee la evidencia clínica de todo lo que explicamos.
La idea nuestra no es tener a un médico, con un nombre específico, diciendo cosas que luego nosotros ponemos en el curso. Todo lo que decimos consta en artículos técnicos avalados, publicados y basados en evidencia científica que tiene una rigurosidad científica. Eso hace que sean diferentes de la información que, por ejemplo, podes encontrar en Google. En Vipermed todo está organizado y basado en evidencia.
-¿Ustedes garantizan que es 100% confiable y fidedigna la información que se otorga en los videos de los cursos?
Si, absolutamente. Por ejemplo, en el caso del curso de Diabetes Tipo II, está basado en más de 220 referencias bibliográficas actualizadas anualmente. Entonces eso les da una validez muy importante a nuestros contenidos. El hecho de trabajar con la Sociedad Británica de Medicina –que es una de las tres instituciones más prestigiosas a nivel mundial cuyo 'British Medical Journal' es material de estudio de todos los médicos del mundo- le da mucha legitimidad a nuestra empresa y la posibilidad de brindar una información de calidad que además los doctores respaldan.
-¿Cómo hacen las personas que quieren tomar uno de los cursos?
Lo interesante de nuestro modelo de trabajo es que pueden acceder a estos cursos comprando tarjetas educativas que se venden en lugares como clínicas, farmacias, etc. Lo interesante es que no necesitan acceder a una página web y poner los datos de su tarjeta de crédito, por ejemplo. Porque muchas de las personas que sufren hipertensión, diabetes, obesidad y otras enfermedades con las que trabajamos, son adultos que no necesariamente tienen las habilidades y el conocimiento para hacer ese tipo de trámites on line. Estas tarjetas permiten que pueda ir a una farmacia y, del mismo modo en que compra un remedio, pueda obtener uno de estos cursos que, de alguna manera también son una medicina, ya que una persona bien educada tiene más posibilidades de mejorar su calidad de vida.
-¿Propicia una visión más integral del cuidado de la salud?
Sí, porque "la medicina" no es ir y tomar una pastilla que te vas a salvar, sino que tiene que ver con los hábitos, con entender lo qué te pasa, con saber cómo mejorar tu calidad de vida. Esto cursos son terapias digitales. No reemplazan una consulta médica, todo lo contrario, la complementan. Nuestros cursos dicen constantemente que debés consultar con el médico, que corrobores con él y todos destacan la importancia del profesional de la salud. A la vez, esa educación te da herramientas muy valiosas para que aprendas, por ejemplo, qué es la hipertensión, como majear un pico de presión, cómo tomarla correctamente, aprender a leer los valores, la importancia de eliminar la sal, etc.
A todos nos pasa que vamos al médico y, cuando salimos, nos damos cuenta de que nos quedaron un montón de dudas sin plantear y debemos esperar a la próxima visita para evacuar las dudas…
Así es. Por eso esto es un complemento a la consulta. Es muy importante en los tiempos que corren, dada la superpoblación y la demanda en los hospitales. Muchos médicos nos cuentan que les pasa que tienen un tiempo muy escaso para dedicarle a cada paciente. A veces, sólo disponen de 5 minuto, entonces necesitan apurarse en la cita.
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— infobae (@infobae) 4 de febrero de 2016
-¿Cómo reaccionaron los médicos ante este tipo de productos?
Hasta ahora no hemos tenido malas experiencias. Por el contrario, todos los médicos con los que hemos trabajado lo han visto como algo favorable, complementario a su práctica y al modelo de negocio de la medicina porque esto fomenta la adherencia al tratamiento y a las consultas.
-¿Qué comentarios o repercusiones recibieron sobre estos cursos?
En este tiempo nos han pasado cosas muy lindas. Nos han escrito desde muchos lugares distintos. Recuerdo el caso de una mujer con cáncer mamario que nos dijo lo importante que había sido para ella poder consolidar la información que le venía desde muchos lugares. Porque hay que tener en cuenta que, cuando una persona está enferma, no sólo busca información en internet, sino que toda la gente que la rodea le empieza a decir cosas diferentes. Muchas veces se generan contradicciones, incluso entre los propios médicos. Está estudiado que de todo lo que leen los pacientes, sólo retienen un porcentaje muy bajo. Además, partimos de la base de que la medicina utiliza un tecnicismo muy complejo. Lo interesante es que, en este feedback, la mujer que sufría cáncer mamario, nos decían que habían visto el curso en familia y eso les había permitido entender mucho mejor el proceso de la enfermedad.
Otras personas nos contaron que compraron, por ejemplo, el curso de Diabetes Tipo II para fines que nosotros ni imaginábamos, como una persona que quiso verlo con sus hijos porque él es diabético, hijo de un padre diabético y, por lo tanto, quería educarlos desde temprano para protegerlos de esa predisposición genética sufrir la enfermedad.
-¿Qué resultados obtuvieron hasta el momento y cómo se proyectan?
La empresa al día de hoy ha levantado más de 600 mil dólares de inversión pública y privada, (cuenta con el apoyo económico del gobierno de Uruguay y de Chile). Tenemos un crecimiento de ocho nuevos clientes por mes y ya estamos buscando inversión para consolidarnos en nuevos mercados aumentando la calidad de nuestro producto y el volumen de ventas.
Entre 2014 y 2016 educamos más de 5000 personas y sumando las 7000 tarjetas hasta el momento esperamos superar las 10.000 personas para finales de 2016. Hacia 2017 esperamos estar trabajando en conjunto con grandes organizaciones que nos permitan distribuir más de 250 mil tarjetas educativas generando así un impacto sin precedentes en campañas de educación sobre salud. Nuestro propósito final es empoderar a las personas.