El bitcoin comenzó el año cotizando a mil dólares la unidad y hace algunas semanas alcanzó un récord histórico de tres mil dólares la unidad. Actualmente, cotiza en 2.600 dólares aproximadamente, según uno de sus mercados referenciales, Bitstamp. Estos días se vieron caídas diarias bruscas de hasta 30% en varias divisas criptográficas. ¿Por qué muchos usuarios están retirando sus fondos? ¿Qué es y qué implica la bifurcación que sucederá el 1º de agosto?
Durante los últimos 24 meses el bitcoin se mantuvo estancado en cuanto a su capacidad de actualizar el protocolo y en la escalabilidad de su red en cuanto al procesamiento de transacciones. Ha habido debates e intereses conflictivos entre los que desarrollan el protocolo y los "mineros" que brindan poder de cómputo para la red. Este estancamiento de bitcoin, paradójicamente, legitima y valida su naturaleza descentralizada, tanto su seguridad y su confiabilidad como su tecnología.
El precio de bitcoin no ha sido afectado por este debate, pero sí en que se valoricen cada vez más otras divisas criptográficas. Este es el caso de ethereum, la segunda divisa criptográfica más popular, basada en un blockchain mucho más amigable para los desarrolladores de aplicaciones. Es importante destacar que si bien la red de bitcoin tiene la mayor capacidad de cómputo, ethereum tiene la mayor red de talento humano trabajando hoy en día en diversas aplicaciones (distribución de energía, publicidad digital, mercados digitales para poder de cómputo no utilizado, etcétera).
Esta bifurcación, que sucederá el 1º de agosto, consta en una actualización de las reglas protocolares del blockchain, la tecnología que hay detrás del bitcoin. Hay dos posibilidades: un soft fork, que no afecta al funcionamiento y un hard fork, que, en cambio, implica cambios drásticos en la red, que traerán seguramente el surgimiento de dos divisas. Por miedo a que suceda esto y se desplome el valor del bitcoin, los usuarios más apocalípticos extrajeron sus fondos en las últimas semanas.
Es muy interesante observar las divisas alternas, que tienen que ver con resolver las cuestiones que bitcoin no pudo resolver en su totalidad (falta de gobernancia, agujeros de seguridad, privacidad, contratos inteligentes, entre otros). Esto demuestra claramente que aún hay mucha innovación y talento trabajando en este ecosistema.
El futuro del bitcoin está en manos de lo que la comunidad decida y concuerde el día 1º de agosto. Personalmente, creo que el bitcoin todavía tiene una larga vida por delante, las divisas criptográficas están revolucionando silenciosamente nuestra sociedad al crear un nuevo internet de valor y modificar industrias como las finanzas o los sistemas bancarios.
El autor es innovador tecnológico, docente universitario y conferencista.