El año 2017 se inició con una moneda europea muy debilitada, que alcanzó instancias de mínimo en torno a 1,034 dólares por euro, lo que representaba el nivel más bajo del euro frente al dólar estadounidense de los últimos catorce años. Sin lugar a dudas, el temor de lo que pudiera pasar con la economía estadounidense tras el triunfo de Donald Trump, las expectativas de una intensificación en la suba de tasa por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos para el presente año, el eventual avance del Brexit en Europa y la posibilidad de un triunfo de Marine Le Pen en las próximas elecciones en Francia, hacían un coctel bastante interesante para que se acentuara la percepción negativa con respecto al euro para el presente año.
Sin embargo, una vez más, como ha sido habitual en el último tiempo, el mercado castiga consenso y desde los mínimos de euro en torno a 1,034 dólares, se habilitó el proceso de recuperación de los últimos meses que regresa la cotización hacia instancias de 1,08-1,083 dólares, lo que genera una apreciación cercana al 4,5% para la moneda europea en lo que va del presente año 2017. Entre los motivos que justifican esta recuperación de la moneda europea se destacan una Reserva Federal de Estados Unidos que, si bien subió la tasa, ha eludido dar señales concretas sobre una posible aceleración en esta política hacia el presente año; también el triunfo de Mark Rutte como primer ministro de Holanda, que da un freno al avance de la ultraderecha en Europa y finalmente un primer debate este lunes de los candidatos presidenciales en Francia, donde muchos consideraron que Emmanuel Macron salió fortalecido respecto a la exposición de Marine Le Pen.
Ahora, ¿qué podemos decir del lado técnico para el comportamiento del euro, principalmente considerando este contexto de incertidumbre que vive el mundo?
En este sentido, como hemos advertido desde esta misma columna en el mes de diciembre del pasado año 2016, en la nota que titulamos "El dólar en el mundo alcanza máximo de los últimos 14 años. ¿Qué sigue?", consideramos que el ciclo de apreciación del dólar en el mundo que diera inicios en el año 2008 se encuentra en su tramo final; incluso creemos que el máximo conseguido a comienzos del presente año pudo haber marcado un punto de inflexión de relevancia y por consiguiente la caída en fuerza desde esa zona de máximo podría ser recién el inicio de un proceso de recorte parcial a dicho ciclo de avance de los últimos ocho años a favor del dólar.
Actualmente el Dollar Index ha pasado de niveles de 103,8 a niveles inferiores a los cien puntos de índice y tal accionar no hace más que fortalecer la lectura analítica propuesta en dicho artículo del mes de diciembre del pasado año 2016.
En relación con lo mencionado, como el euro es la moneda con mayor afectación sobre el Dollar Index y observando que el comportamiento ha sido bastante similar pero en sentido bajista, creemos posible que las instancias de mínimos alcanzados para la moneda europea hacia comienzos del presente año en torno a 1,04-1,03 dólares pudieron haber marcado un piso de importancia al proceso de depreciación de esta moneda en fuerza desde el año 2008, cuando cotizaba en instancias de 1,6 dólares por euro.
Quizás aún sea prematuro aseverar que los mínimos de enero pasado en 1,034 dólares por euro hayan marcado el piso significativo al ciclo bajista del euro desde los máximos del año 2008, principalmente debido a que gran parte del movimiento de subida de los últimos meses para la moneda europea está más bien relacionado con una cobertura de posiciones vendidas por parte de los fondos especulativos que por un posicionamiento del lado comprador por parte de estos participantes.
En efecto, hacia el mes de noviembre del pasado año 2016, es decir, cinco meses posteriores al triunfo del Brexit y en momentos en que se celebraban las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la posición neta vendedora de los fondos especulativos en euro ha llegado a ser de 140 mil contratos netos y el interés abierto, es decir, la cantidad de contratos de futuros abiertos en el mercado llegó al rango histórico de los 440-460 mil contratos.
Sin embargo, en la medida en que el euro no ha consolidado la baja que gran parte del mercado esperaba y con los diferentes sucesos que se dieron y que describimos más arriba, los fondos especulativos han comenzado a cubrir la posición vendida que traían en euros y es esa misma compra por cobertura de posiciones vendidas previamente la que termina generando el avance de los últimos meses, que tiene como consecuencia una apreciación de la moneda europea frente al dólar cercana al 4,5 por ciento.
En la actualidad, los fondos especulativos mantienen una posición neta vendedora, sin embargo esta se redujo de los 140 mil contratos netos vendidos de noviembre del pasado año 2016 a niveles de 40 mil contratos netos vendidos en la actualidad. En tanto, el interés abierto en futuro de euro se redujo en un 15% durante el mismo período.
Por lo comentado es que, más allá de nuestro optimismo a favor del euro hacia los próximos meses con respecto al dólar estadounidense, debemos saber que el gran desafío que enfrenta actualmente la moneda es el de torcer la visión de negativismo acumulado por la depreciación de los últimos ocho años y que su recuperación hacia los próximos meses ya no esté relacionada con la simple cobertura de posiciones vendidas por parte de los especuladores, sino que se deba a un posicionamiento neto comprador de parte de estos mismos jugadores. Será en ese momento cuando la confianza respecto a lo que pueda pasar hacia adelante con la moneda europea virará y se acentuará el proceso de recuperación en curso desde los mínimos de 1,03-1,04.
Del lado técnico, el avance en curso del euro tiene su principal contención o resistencia en la zona de 1,09-1,10 dólares. Creemos que un quiebre alcista de esa zona estará liberando un camino de regreso en el euro hacia los máximos de los últimos dos años en torno a 1,15-1,17 dólares y será luego un quiebre de esa zona eventualmente lo que confirmaría un cambio de escenario técnico de mediano plazo de bajista a otro alcista para la moneda europea.