Los números de la pobreza y la larga mano vaticana

Fernando Iglesias

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La ex presidente Cristina Kirchner
La ex presidente Cristina Kirchner junto al Papa Francisco y una comitiva de ex funcionarios

Durante los sombríos años en que se destruyó el Estado en nombre de su reconstrucción y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se transformó en una agencia de publicidad del Gobierno, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) cumplió una invalorable labor: la de ofrecer a la sociedad argentina índices confiables de pobreza frente a un gobierno que decía que contar el número de pobres era estigmatizante, al mismo tiempo que anunciaba que eran menos que en Alemania. La sociedad argentina guarda desde entonces una indudable deuda de gratitud con la UCA y con el director del Observatorio, doctor Agustín Salvia. Ahora bien, algunos acontecimientos confusos han ocurrido con las estadísticas del Observatorio desde la asunción de Cambiemos, y, Amicus Plato sed magis amica veritas, considero necesario relevarlas en beneficio de la mejora del método, la transparencia y la verdad.

Corría marzo de 2016 y Cambiemos lidiaba con una herencia económica cuyos números —los de recesión, pobreza, déficit fiscal y comercial, deuda pública, baja de reservas y fuga de divisas— no tenían nada que envidiarles a los de 2001. Intentando evitar un ajustazo como el que en el año 2002 sacó al país de la recesión al precio de incrementar 50% el número de pobres y estableció récords de pobreza (57,5%) y desocupación (21,5%) imbatidos, el Gobierno de Mauricio Macri había abolido el cepo cambiario y se preparaba a acabar con quince años de default. Se trataba de dos medidas con impacto social negativo pero imprescindibles para escapar de la encerrona populista que llevó a por lo menos cuatro años sin crecimiento económico ni creación de empleo, con el correspondiente aumento de la pobreza que, según la propia UCA, afectaba en diciembre de 2015 al 29% de la población nacional.

Fue entonces que ocurrió la primera anormalidad: en marzo, en lugar de esperar a tener datos y emitir un informe sobre cifras ciertas y comprobadas, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA hizo una predicción. "Teníamos pensado dedicarnos a la presentación de un informe sobre pobreza y desigualdad de 2010 a 2015, pero ante la situación económica complicada nos vimos obligados a abordar la situación actual", declaró su director.

Nótese que, para la UCA, la situación económica complicada que obligaba a aplicar una metodología extraordinaria comenzó, después de 24 años sobre 26 gobernados por el peronismo, a cuatro meses de que un gobierno no peronista accediera al poder. Pero vayamos al informe. "Los valores obtenidos en simulaciones estarían dando cuenta de un fuerte empeoramiento en las condiciones de indigencia y pobreza durante el primer trimestre de 2016", señaló entonces Salvia, estimando que la pobreza afectaba ya al 34,5% de la población, que esa cifra podía "estar subestimando las tasas" y que representaba "apenas el piso de la eventual situación", ya que no tomaba en cuenta "las pérdidas de empleo ocurridas en el marco de una economía inflacionaria y afectada por ajustes macroeconómicos, ni los recientes anuncios de incremento en materia de transporte y servicios domiciliarios".

Se trataba de una proyección y no de un dato, pero el perionismo no la dejó pasar. "Para la UCA, la pobreza saltó a 34,5% en el primer trimestre", tituló un chiquito de este lado. "Crece la pobreza y alcanza a más de un tercio de los argentinos", el grandote de más allá. Y por una semana los titulares perionistas señalaron las consecuencias del ajuste gorila: cinco puntos y medio de crecimiento de la pobreza y trece millones de pobres. Quienes señalamos la irresponsabilidad de hacer proyecciones sobre temas tan delicados en vez de elaborar datos fehacientes pasamos a formar parte del campo antinacional y antipopular, pero la realidad confirmó nuestros temores: un mes después, el Observatorio de la UCA corrigió el tiro. La estimación de la pobreza, para abril de 2016, era del 32,6 por ciento. Nótese que el número deja dos alternativas: o se había verificado una reducción espectacular de la pobreza de dos puntos en un solo mes, o el valor de 34,5% de marzo, presentado como una subestimación y un piso, había sido una exageración, y mayúscula: los 5,5 puntos de aumento desde diciembre 2015 habían sido en realidad 3,6; una sobreestimación del 60% del aumento real.

Podrá decirse que dos puntos no cambian demasiado, pero dos puntos porcentuales de pobreza son, en Argentina, casi un millón de pobres más o menos. Podrá decirse que dos puntos no cambian demasiado, pero la obligación de todo encuestador serio es no cometer errores del 60% o, al menos, pedir disculpas si los cometió. Nada de eso sucedió, sino todo lo contrario. El perionismo encontró en el nuevo informe una renovada oportunidad para escandalizarse e inundar de titulares acusatorios contra el insensible gobierno de los CEO. Por su parte, en el último informe del Observatorio de la UCA, que tanta repercusión tuvo, la estimación errada del 34,5% no figura siquiera. Ni las disculpas del caso, desde ya.

Hablo del informe emitido hace apenas unos días, que volvió a darle una oportunidad al perionismo. "Según la UCA, la pobreza en la Argentina subió a 32,9% y alcanza a 13 millones de personas", titularon estos. "Volvió a aumentar la pobreza: 32,9%", los de más allá. Nótese que la pobreza seguía afectando a la misma cantidad de personas, trece millones, pero había "aumentado" del 34,5% de marzo 2016 al 32,9% de septiembre, según el perionismo. Culpa de la derecha neoliberal. Ahora bien, una pregunta se hace sola, y es la pregunta crucial: ¿Por qué en marzo de 2016 el Observatorio de la Deuda Social de la UCA hacía "proyecciones" y en marzo de 2017 reflotó un dato de hace seis meses, septiembre de 2016, que además no difería demasiado del dato del Indec: 32,2% de pobreza, reconocida por el Presidente de la República en septiembre, por cadena nacional?

La segunda pregunta, también crucial, también se hace sola: ¿Acaso la UCA no hizo ahora proyecciones porque si las hiciera registraría que el enorme abismo de pobreza que abrieron el peronismo menemista y el peronismo kirchnerista se empieza a cerrar?

Para saberlo, escuchemos las declaraciones hechas por el propio Salvia en la discusión que sostuvo conmigo en el programa de Luis Majul. "Todo marca que la pobreza está en tendencia a la baja… Creo que va a bajar la pobreza y creo que está pasando eso…. Yo veo una transición por la cual está mejorando la situación". Pero, en vez de eso, en vez de hacer nuevas y optimistas proyecciones, el Observatorio de la UCA se despacha con datos de hace seis meses y el perionismo, feliz, le hace el juego con sus titulares catastróficos; hondamente preocupado por la situación social.

"Pobreza, con los números en la mano", tituló el doctor Salvia su artículo en la prensa. Pero la larga mano que está detrás de la operación que lleva a hablar, invariablemente, sobre una pobreza que sube y sube en el momento mismo en que comienza a bajar, es la larga mano del perionismo argentino y vaticano que ha llevado la situación a donde está.

El autor es profesor y escritor. Fue diputado nacional. Su último libro es  "La decada sakeada"

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