El Correo no trae buenas noticias

Vicente Scordamaglia

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El revuelo que se armó con la condonación de la deuda que tiene la familia Macri con el Estado argentino en el caso del Correo tiene, más allá de las cifras (que suben y bajan según los intereses de quien las emite) que se barajan, profundas connotaciones políticas en las cuales el oficialismo se ve directamente involucrado en otro hecho sospechoso de manejos espurios que señalan directamente al presidente Mauricio Macri y su familia. La ineficiencia de sus funcionarios frente a temas sensibles que requieren un tratamiento político que hasta ahora en este Gobierno brilla por su ausencia son la otra pata del componente explosivo que se está cocinando a fuego lento.

Desmenuzar cada uno de los errores que viene cometiendo el Gobierno (desde que asumió) con conflictos políticos emblemáticos sería redundante, para ello los medios de comunicación son los idóneos, ya que cuentan con mayor información disponible. Lo que sí me parece útil señalar es cómo el Gobierno nacional, en el afán de diferenciarse del Gobierno kirchnerista, incurre sistemáticamente en actos de soberbia y de impunidad que redundan en la pérdida de confianza otorgada por la gente en general; se parece cada vez más que lo que ellos creen al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Argentina no es una empresa, es una nación libre y soberana frente al mundo y como tal requiere funcionarios políticos debidamente formados para tal fin. Es una nación con gente de carne y hueso en su interior, que demanda soluciones concretas a sus reclamos, con gobernantes que estén al servicio de sus intereses y no (como muestra este Gobierno) de las corporaciones financieras que siguen esquilmando a los pueblos en vías de desarrollo.

La sociedad argentina compuesta por segmentos de distinta extracción socioeconómica no es un producto comercializable que sea manipulado a destajo por quienes lo administran temporalmente. En todo caso es el funcionariado de turno quien tiene que rendir cuentas de todos sus actos de gobierno, y su gestión será examinada por el pueblo en las próximas elecciones  del corriente año. Nunca un gobierno elegido por el pueblo ha perdido en tan poco tiempo (14 meses) los niveles de confianza otorgado por el pueblo desde su asunción hasta la fecha. Tampoco nunca se vio en los 34 años de democracia semejante volumen de ajuste que recaiga sobre las espaldas de la clase media y los trabajadores argentinos.

Esta voracidad por el control de las cajas manifestada por este Gobierno desde sus inicios se parece más a un ente recaudador y no a una administración gubernamental que con planes y proyectos represente las necesidades de todos los argentinos. Sólo les importa confiscar los activos del pueblo sin importar qué le sucede a la gente objeto de esta sangría perpetrada por un gobierno que muestra la poca empatía con su accionar desprejuiciado y su falto de apego por el destino del conjunto de los argentinos.

@vscordamaglia

El autor es psicólogo social. Fundador y actual presidente de la Fundación para la Promoción Social de la Salud (Prossa). Es miembro del Club Político Argentino y autor del blog http://vicentescordamaglia.blogspot.com.ar/.

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