El precio de Alepo para Irán

La guerra siria es una guerra que nadie puede ganar si no se alcanza un acuerdo amplio que facilite una salida política a la crisis que la generó

Guardar

Según las cancillerías europeas, hay más de sesenta mil militares iraníes en Siria y algunas estimaciones incluso doblan esa cifra. Esas tropas incluyen milicias que el régimen de Teherán movilizó desde países de la región y cuyos gastos paga. Estos combatientes están luchando para ganar el control total de Alepo, lo cual ya es casi un hecho consumado.

Es una realidad que Alepo caerá y que las tropas iraníes y el presidente Bashar al Assad avanzarán luego por la liberación de Raqqa dado su simbolismo como "la capital del Califato" que ISIS intentó implementar. Sin embargo, hay otro escenario que debe ser tenido en cuenta a pesar de la propaganda oficial del régimen sirio; y es que la guerra siria es mucho más profunda y compleja que las operaciones militares mismas. La guerra siria es una guerra que nadie puede ganar si no se alcanza un acuerdo amplio que facilite una salida política a la crisis que la generó.

Incluso cuando las fuerzas iraníes y de Assad se apoderen de los últimos focos de resistencia en Alepo oriental y logren luego recuperar Raqqa, Siria no se estabilizará y aunque ISIS sea aplastado en el terreno, el Ejército Sirio Libre (ESL) no se rendirá al régimen al que combate desde hace cinco años. Además, el Gobierno y el ejército del presidente Assad tardarán muchos años en estabilizar e imponer su presencia en esos bastiones islamistas, y esto aún es dudoso, por lo que lleva a que nos preguntemos sobre la sabiduría detrás de las acciones de los aliados del régimen sirio —Irán y Rusia.

¿Seguirán Moscú y Teherán apoyando al régimen con igual cantidad de fuerza y hombres sobre el terreno a riesgo de asumir grandes pérdidas de tropas y dinero para que Assad permanezca en el poder? ¿Prefieren Irán y Rusia que la guerra continúe durante años hasta que el Gobierno alcance una solución política aunque represente una mutua concesión como podría ser un régimen mixto compuesto por elementos actuales del Gobierno y por la oposición, pero sin la dirección de Assad?

¿Qué harán iraníes y rusos después de que se apoderen completamente de Alepo, que hoy es una ciudad destruida y arrasada por los brutales bombardeos sobre la población civil? ¿Ayudarán en la reconstrucción de su infraestructura? ¿Continuarán apoyando militarmente a Assad en 2017 para recuperar todas las ciudades sirias a manos de los rebeldes del ELS y los islamistas, incluyendo la periferia de Damasco, que todavía está bajo el control de los rebeldes? ¿Qué pasará después de eso?

¿Cómo gobernará el régimen sirio un Estado que ha sido desgarrado y está plagado de islamistas que combaten en su contra mientras que sus tropas forman sólo el 30% de las fuerzas actuales? ¿Tiene intención Irán de mantener las milicias extranjeras y sectarias en Siria durante los próximos años para estabilizar el Gobierno de Assad? No hay duda de que la presencia de milicias sectarias será un imán para más combatientes mercenarios del mundo árabe y que la guerra continuará.

Este es el dilema que el régimen en Irán descubrió demasiado tarde. Si sale victorioso pero se marcha, el régimen en Damasco tarde o temprano caerá. Si continúa con su presencia militar, la guerra seguirá con sus costos y sus peligros internos al régimen de Teherán.

¿Por qué los combatientes extranjeros exageran las celebraciones en las afueras de Alepo estos días y Assad declara que la guerra está terminando? La respuesta es sencilla: porque tanto Irán como Rusia necesitan elevar la moral dentro de sus propios países, y entre las milicias libanesas del Hezbollah, las milicias iraquíes Asa'ib Ahl al-Haq y hasta del propio ejército sirio. La propaganda está dirigida también al pueblo sirio y al mundo, que han estado observando este conflicto durante mucho tiempo en que el régimen sirio no logró una victoria rápida a pesar de estar fuertemente armado en relación con la oposición, que no dispone de armas de calidad.

Los iraníes son más conscientes que los rusos de que están involucrados en esta guerra fallida y que incluso si ganan las batallas actuales, la guerra continuará y finalmente los obligará a aceptar a los que siguen oponiéndose y luchando contra ellos.

En cuanto a los aliados de Damasco, Moscú respeta su propio juego político-económico en la región. Rusia ve la lucha en Siria desde la perspectiva del conflicto internacional y no tendrá ninguna objeción a una retirada repentina. Tal como entró, Moscú podría salir repentinamente, sin considerar las consecuencias de ello para Damasco y Teherán.

La actual política iraní en la región parece diferente a las del pasado. Hoy los iraníes se preocupan por las victorias militares rápidas que difieren de las posiciones que tenían antes en relación con una estrategia de largo plazo. Lo vemos en la insistencia de Irán en participar en combates en Irak, Siria y Yemen, aunque no hay nada en esos países que garantice que Irán logrará victorias concluyentes.

Los combates en Siria continuarán y la paz no será restaurada en Irak porque Irán está construyendo y fortaleciendo fuerzas sectarias regionales. Del mismo modo, los houthis y demás grupos pro-iraníes en Yemen son demasiado pequeños para lograr la victoria en el conflicto allí, aunque son capaces de provocar mucho caos y de sostenerlo en el tiempo, lo cual no es un plan que desagrade a Teherán.

Arabia Saudita no dirá nada contra Rusia sobre la derrota de los combatientes a los que apoya en Alepo; los negocios de Riad con Moscú son más importantes que Alepo o Raqqa para los sauditas y los rusos. No obstante, ambos saben que el polvorín sirio no será desactivado ni con la derrota completa de los terroristas de ISIS, como saben también que Irán no saldrá de Siria sin pagar un alto costo no sólo en lo militar, también lo hará en lo económico, lo político y fundamentalmente en lo religioso.

Guardar