La semana que pasó, el Gobierno desató una guerra en toda la línea contra los trabajadores. En el Foro de Negocios e Inversiones tanto los funcionarios presentes como los empresarios nacionales y extranjeros se turnaron para protestar contra el "alto costo laboral", exigiendo menos salarios y más "productividad" (léase, flexibilización laboral). El presidente Mauricio Macri lo inauguró pidiéndoles a los trabajadores "prudencia y sentido común, para ponernos de acuerdo en políticas de largo plazo, en qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer".
En medio del evento, se conoció el índice de precios al consumidor del mes de agosto elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Como "se resta" el tarifazo del gas (por la decisión de la Corte de frenarlo provisionalmente), el número parecería decirnos que el mes pasado no hubo suba de precios: apenas 0,2 por ciento. Claro que una lectura más fina nos permite observar que, según el propio Indec, la salud (medicamentos) subió 3,1%, los alquileres, 2,9% (ya acumulan un 38% en el año) y la educación, 2,3 por ciento. En alimentos, se destaca el aumento de aceites: 12,5%, batata: 12,1%, manteca: 9,4%, vino común: 8,5%, harina: 7%, pollo entero: 4,4% y un largo etcétera. Y la tendencia es que ya están firmadas subas en medicina prepaga en octubre, el mismo mes en que se producirá finalmente el tarifazo del gas.
Pero el Gobierno salió a usar el 0,2% del Indec como gran bandera para decir que no hay que reabrir las paritarias. El secretario general de la Presidencia, Marcos Peña, afirmó: "El salario real se irá recuperando mes a mes, porque las paritarias de este año ya están yendo más rápido que la inflación". El más agresivo fue el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, que, en una mesa del foro irónicamente denominada "crecimiento inclusivo para la generación de empleo", expresó: "Dado que las paritarias se acordaron con subas del 2,5% mensuales, cada mes que la inflación sube menos que 2,5% los salarios recuperan poder adquisitivo. Y la inflación viene en retroceso desde hace dos meses. Sólo deben reabrirse paritarias si la inflación supera el 2,5% mensual". Señalemos como detalle que, en esa misma mesa, el ministro de Trabajo Jorge Triaca disertaba sobre la necesidad de flexibilización laboral para aumentar la "competitividad empresarial".
El planteo del Gobierno es clarísimo: quiere que los trabajadores "acepten" la pérdida de poder adquisitivo de todos estos meses pasados, en aras de un incierto "descenso" de la inflación que se daría en los próximos. Y para el 2017, que se termine negociando con un techo de incremento en paritarias del 17 por ciento. De hecho, este es el número de aumento de salarios para el conjunto de los empleados públicos que han presentado en el proyecto de presupuesto para el año que viene.
Desde el lado de la clase trabajadora, por todos lados aparece la exigencia de reabrir las paritarias. Están iniciados conflictos con los judiciales y los médicos de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (Cicop). En Aerolíneas Argentinas, hubo un paro luego del vencimiento de la conciliación obligatoria y ante la ausencia de respuestas por parte de la empresa. Los docentes reclaman la reapertura nacional de la paritaria, ya se han dado conflictos en varias provincias y se va a un paro nacional el martes 27. Los bancarios, que habían firmado en marzo por el 33% con una cláusula gatillo que permitía exigir la reapertura inmediata de la paritaria si "cambiaban las condiciones económicas", están reclamando una recomposición. Ante la negativa cerrada de las patronales bancarias, realizarán una movilización este jueves 22.
La conclusión es obvia: el Gobierno quiere utilizar los circunstanciales índices bajos de inflación de agosto como excusa para no reabrir las paritarias. Pero los salarios llevan perdidos entre 10% y 15% de nuestro poder adquisitivo en 2016. El viernes 23 se reúne el Confederal de la Confederación General del Trabajo (CGT). En medio de esta pulseada se impone la necesidad de un paro general.
@josecastillo_is
El autor es economista. Dirigente de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda.