El presidente Mauricio Macri reafirmó, en el acto del Día de la Bandera, que se debe defender la vida desde la concepción hasta la muerte; confirmó así la supremacía del derecho a la vida en todas sus etapas, tal como lo establece la legislación argentina. El tema ha provocado cierta polémica entre grupos pro aborto, la que queda al margen de esta columna.
Lo que sí llama la atención es que vuelve a ponerse en el tapete uno de los argumentos que surge de tanto en tanto, pese a ser anacrónico y superado, tal como es el de la supuesta incidencia positiva del aborto en la lucha contra el delito.
Esta teoría surgió a fines de los noventa, en los Estados Unidos, de la mano de un paper, primero y, posteriormente, en los 2000, con la publicación del best seller Freakonomics; ambas piezas escritas por los autores Steven Levitt y Stephen Dubner, uno, economista y otro, periodista.
Entre sus variadas novedades, los autores pretendían explicar el porqué —y así restar crédito a sus reales productores— de la abrupta caída de la criminalidad en Nueva York, la que viniera de la mano de un gran programa policial de carácter comunitario desarrollado por el comisionado Bill Bratton, bajo el liderazgo del mayor Rudolph Giuliani.
La teoría esbozada sugería, en breve, que, como los hijos no queridos crecen en ambientes problemáticos, luego se vuelcan al delito. Una vez legalizado el aborto en los Estados Unidos, por el fallo Roe vs. Wade, en 1973, a partir de entonces, habrían sido abortados estos "problemáticos" y por ello el delito bajaba, porque en los noventa no había tantas personas provenientes de aquellos hogares en conflicto.
Esta teoría, de naturaleza cuasi supremacista, en el país del norte ha sido totalmente desacreditada por infinidad de autores especializados y no ha quedado en más que una leyenda urbana, pero en Argentina todavía se esgrime y por ello vale esta aclaración.
La "teoría" no tomaba en cuenta, entre otras cosas, que la criminalidad en los años sesenta (pre aborto legalizado) era tan baja como la de los noventa, que la suba experimentada entre las décadas de los setenta y los noventa venía de la mano del ingreso masivo de estupefacientes, y que la baja se producía a la par de la nueva forma de hacer policía, preventiva y proactiva, contra el viejo modelo reactivo, de reacción contra el delito cometido, y que especialmente se producía en lugares específicos y no en otros, aun intraestados.
Por otra parte, en los noventa, el delito juvenil se había triplicado, ergo, lo cometían los nacidos y no los abortados.
Concluyendo, debo citar que con posterioridad a la polémica de Freakonomics en los Estados Unidos, y debido a la alarmante suba del crimen que experimentó Los Ángeles hasta mitad de los 2000, el mismo Bill Bratton llevó sus métodos probados de reducción criminal a la costa oeste, y sólo en tal momento y en ese lugar, a más de treinta años de Roe vs. Wade, se reprodujo la misma baja delictual de Nueva York, lo que dio por tierra, nuevamente, con los argumentos abortistas.
El autor es doctor en Ciencias Penales, miembro de Usina de Justicia.