Las organizaciones sociales ganan protagonismo en la calle

Por Patricio Giusto

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De acuerdo con datos relevados por Diagnóstico Político, durante julio, las organizaciones sociales lideraron por primera vez en el año la tabla de piquetes a nivel nacional. La incidencia de estos grupos en el espacio público ha venido aumentando paulatinamente en los últimos meses.

Esto se debe, fundamentalmente, a la compleja coyuntura económica del país, que se caracteriza por una inflación por encima del 40% anual, el aumento del desempleo y de la pobreza. Pero también hay que tener en cuenta el inocultable juego político de muchas de esas organizaciones, en su mayoría vinculadas con el kirchnerismo o sectores de izquierda. Todo ello espoleado, a su vez, por el impacto del tarifazo en los servicios públicos.

Las protestas de las organizaciones sociales se han concentrado fundamentalmente en la Ciudad de Buenos Aires y en La Plata; nutren gran parte de sus bases en los partidos de la zona sur y oeste del Conurbano bonaerense. Justamente, la zona que concentra el grueso de la pobreza del país y que se ha convertido en caldo de cultivo ideal para el crecimiento de estas organizaciones.

Asimismo, ha habido una explosión de las protestas sociales en el interior bonaerense y en provincias del noreste y del noroeste argentino, que poseen importantes núcleos de pobreza estructural, como ser: Chaco, Misiones, Salta, Jujuy y Catamarca. Algo similar se ha dado en algunas provincias patagónicas, como Neuquén y Santa Cruz.

Hay tres grupos que están liderando las protestas con destino a la capital: Barrios de Pie (brazo social de Libres del Sur), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) (vinculada históricamente con el Partido Comunista Revolucionario) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) (alineada con el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y comandada por Juan Grabois, asesor del papa Francisco).

A este escenario hay que agregar otras organizaciones mucho más combativas y que tienen escasas intenciones de negociar con los gobiernos de turno. Más bien, buscan lisa y llanamente extorsionarlos. Esa lista la integran: el Polo Obrero, Movimiento Lucha y Trabajo, Federación de Obreros de Base, Frente Popular Darío Santillán y el Movimiento Socialista de los Trabajadores Teresa Vive, entre otros.

Respecto a las estrategias de movilización, las organizaciones sociales han definido como principal objetivo unir durante extensas jornadas de protesta la ciudad de La Plata, sede de las autoridades bonaerenses, con la capital, sede de las nacionales.

Por lo general, se trata de marchas multitudinarias, que exhiben una logística muy aceitada. Cuentan con un nivel de coordinación y organicidad envidiable, lo que les permite realizar varios bloqueos en simultáneo, en puntos neurálgicos del tránsito y llevar a cabo cortes de larga duración. O bien directamente acampes, que pueden durar varios días, lo que provoca terribles trastornos en el tránsito.

Esta metodología de cortes prologados y acampes también ha sido incorporada últimamente por otros sectores, como los grupos de aborígenes, desocupados, ambientalistas y organizaciones de derechos humanos.

Obviamente, la expansión y la consolidación de la cultura del piquete sigue siendo posible gracias a la continuidad de la política de no intervención del Estado para garantizar el derecho a la libre circulación. Tras el estrepitoso fracaso del protocolo antipiquetes, parecería que el Gobierno nacional aún no ha definido una nueva estrategia para abordar la problemática de la conflictividad social.

Cabe destacar que, pese al aumento de las protestas sociales, las principales organizaciones establecieron buen diálogo con el Gobierno nacional y con el de la provincia de Buenos Aires. A través de fructíferas negociaciones, han logrado importantes acuerdos que permitieron contener el tan temido —ansiado, desde la perspectiva kirchnerista y de la izquierda— desborde social. Mérito, sin dudas, de ambas partes.

Ahora bien, no obstante ese buen nivel de diálogo, este 7 de agosto, Barrios de Pie, la CCC y la CTEP realizarán una marcha conjunta hacia Plaza de Mayo bajo la consigna "Pan, trabajo, techo y ni un pibe menos por la droga". En el día de San Cayetano, esperan movilizar a más de cincuenta mil personas y dar una nueva muestra de fuerza.

La política volverá, entonces, a mezclarse con una coyuntura económica que se sigue presentando muy propicia para que las organizaciones sociales ejerzan presión sobre las autoridades públicas, desde las calles liberadas de la Argentina.

 

@patriciogiusto

 

El autor es politólogo (UCA) y magíster en Políticas Públicas (FLACSO). Docente universitario (UCA) y director de Diagnóstico Político.

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