El cambio de clima llegó a la cena de camaradería de las FF. AA.

Por Fernando Morales

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"El señor Presidente llegará a las 20.30. Luego de entonar el himno nacional, dirigirá la palabra y luego se hará el brindis. Estimamos que compartirá con nosotros la entrada y seguidamente se retirá, luego de lo cual continuará el desarrollo de la cena".

La información brindada a los periodistas especialmente invitados que compartieron una de las 20 mesas dispuestas en el salón Libertador General San Martín de la sede del Ejército Argentino (que ahora también ocupan el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas) por parte de uno de los enlaces entre el mundo castrense y la opinión pública fue casi precisa, excepto porque a la cronométrica sucesión de hechos anunciados se agregó la presencia de Mauricio Macri durante el resto de la cena.

El dato no es menor, los oficiales de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad presentes en este tradicional encuentro de camaradería anual dejaron atrás más de una década de maltrato, retos, reproches, amenazas y alguna que otra promesa, por lo general, incumplida.

El Presidente lucía distendido y ese ánimo inundó rápidamente al resto de los comensales. No fue un discurso que vaya a quedar en la historia por la grandilocuencia de los anuncios efectuados. El Presidente habló de unidad nacional, de combatir la pobreza y el narcotráfico, nada nuevo en el fondo pero revolucionario en las formas. "El comandante habló cordialmente a sus subordinados, no a sus súbditos". La frase corresponde a un joven oficial de la Fuerza Aérea Argentina que remató: "Necesitábamos que nuestro comandante nos trate bien, sólo eso".

En el breve repaso de la actividad militar realizado por el primer mandatario, no faltaron las menciones al desarrollo profesional de las distintas misiones de paz actualmente en curso. Asimismo, reafirmó la próxima presencia de militares argentinos en el proceso de paz de Colombia y obviamente remarcó el excelente viaje de instrucción que está realizando en este momento la Fragata Libertad.

Su debut ante el público uniformado hizo que, tal vez por no haber querido echar mano a la ayuda memoria que tenía preparada, olvidara hacer un anuncio muy esperado por la familia militar: la creación de un plan de viviendas para el personal de las Fuerzas Armadas. Rompiendo el protocolo que indica que nadie habla luego del Presidente, el ministro de Defensa, Julio Martínez, fue autorizado por Macri para salvar el olvido y hacer el anuncio respectivo.

Hace apenas un par de días, el Presidente recibió en varias oportunidades aplausos por parte del público congregado en el predio ferial de Palermo. Algo que podría juzgarse como lógico al provenir de un sector de la sociedad que se ha beneficiado con algunas decisiones adoptadas en los primeros días de gestión del equipo de Cambiemos.

Anoche, 240 uniformados aplaudieron al mandatario en un hecho que de ninguna manera puede pasar desapercibido. La milicia no aplaude ni abuchea a su comandante, al jefe se lo escucha y se lo obedece, así funcionan las cosas en el mundo militar. Pero al decir de un alto oficial consultado al respecto por Infobae: "Fue un acto espontáneo y reflejo seguramente fruto de sentirnos cómodos".

De distintas jerarquías y fuerzas, todos los interlocutores consultados insistieron en la buena onda general que tanto el jefe de Estado como el ministro del área le están demostrando al sector castrense. "Sabemos que el problema presupuestario es delicado; buques, aviones y tanques no llegarán a las bases y los cuarteles de un día para el otro; pero al menos conseguimos que alguien atienda nuestros planteos operativos y se nos aliente a trabajar paliando los faltantes". Esta vez es un hombre de la Armada el que se presta al diálogo.

Macri estuvo acompañado por el jefe de gabinete, Marcos Peña; también estuvieron presentes la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich (presidiendo la mesa de los jefes de la Prefectura Naval, Policía Federal, Gendarmería Nacional y Policía Aeroportuaria, la canciller Susana Malcorra y el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao).

Varios funcionarios de la cartera de Defensa señalaron a este medio que se está avanzando en una serie de proyectos tecnológicos y de investigación. También Infobae pudo saber que el Ministerio bajo el mando de Martínez pudo ordenar la casa en lo que atañe a la Universidad de la Defensa, organismo dependiente de esta cartera y que se encontraba tomado por un grupo de ex funcionarios de la gestión de Agustín Rossi que habían conseguido un nombramiento por 5 años en condiciones extremadamente irregulares, los que finalmente cedieron en sus pretensiones y permitieron la designación de nuevas autoridades.

"Nos está conociendo, aún no se acostumbra a las formas y las costumbres militares, pero nos respeta y nos escucha, con el paso del tiempo trabajaremos en plena sintonía". No es una muletilla dicha al pasar por un general de la nación. Es una imperiosa necesidad que tiene el país luego de tantos años de estéril división.

 

El autor es Capitán de Fragata (RN), maquinista naval superior (veterano de guerra de Malvinas), licenciado en Administración Naviera, perito naval, diplomado como oficial del Estado Mayor Especial y vicepresidente de la Liga Naval Argentina.

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