La sorpresiva decisión del Reino Unido de escindirse de la Unión Europea está produciendo un sacudón de cotizaciones en los mercados como no se veía desde la crisis financiera internacional de 2008 y 2009.
Es temprano para conclusiones definitivas: el "Brexit" puede ser un fenómeno reducido al proverbial aislamiento británico o extenderse a otras naciones del continente, por cuanto su efecto nocivo para la estabilidad de los mercados amenaza con ser más profunda y duradera.
Pero algunas pautas del devenir financiero ya son palpables y cambian el escenario para la Argentina.
El golpe a los precios que significa la crisis política del bloque europeo dispara una búsqueda de activos de calidad como refugio, el llamado "flight to quality". En estas horas se observa una revalorización global del dólar, también del oro (+5%). La libra esterlina se desploma 7% respecto de la divisa norteamericana y el euro lo hace 2 por ciento.
Un dólar más fuerte incide en las economías en desarrollo. Habrá que cuantificar su impacto en el real brasileño, pues la devaluación de la divisa del país vecino siempre presiona a la baja del peso argentino. El yuan chino, otro importante socio comercial de nuestro país, cede 0,5 por ciento. Si Argentina no acompaña la dinámica bajista de las monedas emergentes, sus productos se encarecerán frente a los de sus competidores y países compradores.
En este aspecto, no es una noticia tan desfavorable para el BCRA, que promueve a través de la reducción de las tasas de interés un sensible aumento del dólar para evitar una recaída en el atraso cambiario, en un marco de elevada inflación por encima del 40% interanual, para ganar competitividad por el frente cambiario.
Claudio Zuchovicki, gerente de Desarrollo de la Bolsa de Comercio, acuñó una lúcida frase: "La tasa de interés es el insumo básico de la economía". Muy cierto: la tasa influye directamente en el costo del dinero e, indirectamente, en el tipo de cambio, los índices de inflación y el nivel de actividad económica.
En este imprevisto camino de revaluación del dólar, la Reserva Federal de los EEUU estará obligada a postergar sin fecha su anunciado plan de alza gradual de los tipos de interés. El endurecimiento de la política monetaria de la Fed sería un puntal extra para el precio global de la divisa que encarecería a la economía norteamericana en términos relativos. En un contexto de inestabilidad política de magnitud continental como el actual y débil crecimiento en el mundo sería impensada una suba de tasas en los EEUU en el corto plazo.
Para la Argentina significa que el rendimiento de sus bonos soberanos seguirá muy atractivo para los fondos de inversión, hoy en torno al 7% anual en dólares. Si la Fed no sube sus tasas, tampoco forzará la suba de tasas de la deuda local. Y en un mundo inquieto y ávido de "vuelo a la calidad" eso es muy valioso, más cuando nuestra plaza financiera aspira a salir de "frontera" y volver la consideración de mercado emergente en 2017.
El dato más trascendente para nuestro país es la reacción de los precios de las materias primas, en particular de los granos y sus derivados industriales. La mitad de las exportaciones nacionales proviene del campo y la agroindustria. Naturalmente un fortalecimiento del dólar reducirá el valor de aquellos productos cotizados en esa moneda.
Los precios del agro responden a firmes fundamentos propios, como el clima, la demanda mundial de alimentos y los volúmenes y calidad de la cosecha, por cuanto el "Brexit" hoy empuja a una baja entre 1 y 2 por ciento para la soja, el maíz y el trigo. La decisión británica seguramente alejará a estos productos de sus valores máximos del año, pero aún les queda un margen de ganancia en el recorrido de 2016 de un 25% para el poroto de soja, 42% para la harina de soja y 6% para el maíz.