El juez Federico Domínguez falleció ayer en el Sanatorio Mater Dei de la ciudad de Buenos Aires. El ahora ex presidente de la Cámara de Casación Penal bonaerense dejó vacante ese cargo de la máxima instancia del fuero penal de la Provincia.
Domínguez estaba a cargo de ese tribunal desde 1998, cuando el ex gobernador Eduardo Duhalde impulsó la creación de la Cámara.
Además, el juez estaba procesado en la causa por el encubrimiento del atentado contra la AMIA de 1994, y había quedado a un paso de ir a juicio oral. Estaba acusado de "desviar la investigación y, por tanto, impedir el descubrimiento de sus verdaderos autores" del ataque contra la mutual judía.
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Según la querella del caso, Domínguez, Luis Vicat y Marta Parascándalo habían trabajado en conjunto con el ex juez Juan José Galeano para presionar a testigos del atentado para que apuntaran contra el policía bonaerense Juan José Ribelli.
La silla vacante que deja Domínguez es una de las varias que la gobernadora María Eugenia Vidal debe completar, como las de la Suprema Corte provincial (en noviembre se jubiló Juan Carlos Hitters) y las del Tribunal de Cuentas.
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