La reformulación del calendario de feriados que decretó el gobierno nacional generó un enorme revuelo, no sólo porque se redujo la cantidad -eliminaron los denominados "puente"-, sino porque algunas fechas sensibles no fueron incluidas en el listado de los festivos inamovibles.
El caso más emblemático es el del 24 de marzo -Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia-, que este año caerá viernes y será trasladado al lunes siguiente: primero se quejaron referentes de Derechos Humanos; luego se conoció el desafío de un grupo de intendentes (al menos cuatro decidieron decretar la inamovilidad del feriado en sus zonas de influencia política); y ahora se sumaron las quejas de los gobernadores Juan Schiaretti -Córdoba- y Mario Das Neves -Chubut-.
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El mandatario cordobés pidió que la conmemoración del último golpe de Estado se mantenga inamovible y planteó que hay cuatro fechas que deben ser fijas: el 25 de mayo, el 9 de julio, el 20 de junio y el 24 de marzo.
"Estos cuatro feriados no pueden ser cambiados de fecha, son fundacionales en el país", señalo Schiaretti en declaraciones que reproduce el diario La Voz del Interior.
"En Córdoba, lo que haremos es una jornada de reflexión de la memoria, la verdad y la justicia en todas las escuelas de la provincia, para que allí se le diga sí a la democracia, sí a la vida y no al terrorismo de Estado. Esta medida alcanza a 930 mil estudiantes", explicó.
"Hay que ser serios, porque no puede ser que corran fechas tan significativas que hacen a la historia de nuestro país, son heridas que no van a cerrar", expresó en el mismo sentido Das Neves. Y calificó como una "barbaridad y una equivocación del Gobierno" cambiar la fecha del 24 de marzo y la del 2 de abril.
"Por lo menos, por respeto no se puede estar manoseando según el Gobierno que esté, si la ponemos antes, si la ponemos después o la enganchamos para el fin de semana", expresó.
La decisión de mover los feriados del 24 de marzo y el del 2 de abril (conmemoración de Malvinas) resultó la más problemática para el oficialismo, que recibió numerosas quejas e incluso desafíos públicos.
El primer caso motivó la reacción de referentes de Derechos Humanos como Estela de Carlotto y Graciela Fernández Meijide, quienes consideraron (en tonos diferentes) que la decisión era un error y hasta una provocación porque tocaba una fecha muy sensible para los argentinos.
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