Gualicho Shinya es el nombre con el que fue bautizado el último dinosaurio carnívoro hallado en la Patagonia. El hallazgo fue develado esta tarde en el Polo Científico argentino al mundo entero; y sin duda abre un nuevo paradigma paleontológico a nivel global. Su nombre y la historia alrededor del descubrimiento engloba una épica con características bien argentinas que rozan el melodrama y las internas científicas.
Los restos del dinosaurio Gualicho fueron desenterrados en un campo situado en el embalse Ezequiel Ramos Mexía, en la provincia de Río Negro, justo frente a la localidad neuquina de El Chocón, en 2007.
Desde ese instante hasta hoy, el día de su difusión, la expedición hilvanó un sinfín de obstáculos, con accidentes viales -bautizado "el vuelco de la suerte"- ocultamiento de información y dificultades para lograr los permisos judiciales-. Tras un arduo trabajo administrativo, el equipo de científicos argentinos recuperó su material de estudio para identificar el hallazgo como un descubrimiento paleontológico de trascendencia mundial.
La réplica del nuevo dinosaurio fue expuesta en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en un evento en el que participaron Lino Barañao, ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, el paleóntologo Sebastián Apesteguía, líder de la expedición, Rubén Juárez Valieri, representante de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Río Negro, y Alejandro Ceccatto, presidente de CONICET.
Los materiales fósiles originales (con la numeración MPCN PV 0001) se encuentran en el Museo Patagónico de Ciencias Naturales de General Roca, y en el Museo provincial Carlos Ameghino de la ciudad de Cipolletti, en Río Negro.
El esqueleto de Gualicho mide seis metros de largo y se estudió que tendría unos 90 millones de años
Este aporte científico representa una transformación de lo conocido hasta el momento para la ciencia paleontológica. Es la primera especie perteneciente a un grupo jamás registrado en Sudamérica que reviste interés a escala internacional. Su posible parentesco con el terópodo africano Deltradomeus -por escápula, fémur y fíbula- de las rocas cretácicas de Kem Kem en Níger, país ubicado en África Occidental, añade un elemento más al nivel de semejanzas biogeográficas entre ambos descubrimientos a ambos lados del joven océano Atlántico.
Este acontecimiento potencia además la teoría de la separación continental por las composiciones similares de hallazgos fósiles en ambas capas continentales: la formación Huincul donde se encontraron restos de Gualicho comparte con Kem Kem grupos de dinosaurios que incluyen a los carcadontosáuridos, abelisáuridos, dromeosáuridos y rebaquisáuridos.
El hallazgo de Gualicho develó la aparición de un nuevo linaje, establecido en el hemisferio sur. "Encontramos un elefante bajo la alfombra", se entusiasmó Apesteguía, el paleontólogo argentino e investigador del CONICET que dirige el área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara. "Este es un grupo de dinosaurios completamente nuevo, esperábamos hallar alguno como el carnosaurus o giganotosaurus, pero en cambio apareció algo completamente diferente, un linaje que no conocíamos. Es un comienzo para poder entender un nuevo tipo de dinosaurios carnívoros", reveló el investigador que lideró la expedición.
En simultáneo, el ministro Lino Barañao valoró el descubrimiento y puso en retrospectiva el laureado escenario de la ciencia paleontológica nacional: "Es un hallazgo importante porque en primer lugar pone de relevancia la calidad de la paleontología argentina, que ha permitido publicar trabajos en las mejores revistas internacionales. También llama la atención sobre las riquezas naturales de nuestro país. Y porque ejerce un gran atractivo sobre los jóvenes, es algo inherente a esta disciplina y es una vía de entrada de los más chicos a la ciencia en su conjunto".
El trabajo fue publicado en el último número de la prestigiosa revista científica Plos One bajo el título "Un inusual terópodo nuevo con manos de dos dedos, procedente del Cretácico Superior de Patagonia". El espécimen hallado consiste en un esqueleto parcial de un terópodo de seis metros de longitud que comprende vértebras de la espalda, parte de la cola, omóplato y brazo izquierdo completo, parte de la pelvis y de ambas piernas. Que haya sido descubierto articulado responde a la certificación de que se trate de una unidad de estudio completa, del encuentro con un nuevo fósil de dinosaurio.
El momento de descubrir el dinosaurio #gualicho ¡te lo mostramos en estas fotos! pic.twitter.com/N3cv1yApJW
— Ministerio Ciencia (@Min_Ciencia) 13 de julio de 2016
Gualicho Shinya obedece a su esencia, a su épica, y honra a la antigua diosa "Watsiltsüm" del pueblo tehuelche, considerada la dueña de los animales y el viento y que habitaba la tierra donde fueron encontrados los fósiles. Luego, con la evangelización del cristianismo, la diosa sufrió la reinterpretación religiosa y se la considera en la actualidad una entidad demoníaca y una representación de la maldición o la mala suerte. Y su segundo nombre iguala el apellido de Akiko Shinya, la jefa preparadora de fósiles del Field Museum of Natural History de Chicago, Estados Unidos. Akiko halló el 13 de febrero de 2007 el esqueleto casi completo de un dinosaurio carnívoro, luego bautizado Gualicho Shinya en honor a su contribución paleontológica.