Es increíble como sólo interesándose un poco, leyendo, buscando, preguntando… podemos descubrir la cantidad de historias increíbles – y a veces aterradoras – que esconde la historia de la humanidad. Tal es el caso de Lina Medina, la pequeña de 5 años que hizo noticia en los años 30′ por convertirse en la mamá más joven de todos los tiempos. Aunque su historia ocupó portadas e interrumpió informativos, en plena Segunda Guerra Mundial, los hechos son demasiado fuertes para un niña de tan corta edad.
Nació el 1934 en Antacancha, uno de los pueblos más alejados y pobres de Perú. Ahí, vivía con sus dos padres y sus 8 hermanos que, a pesar de llevar una vida muy alejada de los lujos y comodidades, eran una familia bastante común. Hasta que un día, cuando Lina apenas tenía 4 años, su cuerpo comenzó a sufrir cambios que despertaron la curiosidad de todos los vecinos.
Su abdomen comenzó a crecer preocupantemente, y las demás familias de la zona empezaron a rumorear que un demonio había entrado al cuerpo de la pequeña. Su padre, Tiburcio Medina, preocupado, comenzó a llevarla a distintos rituales y exorcismos para liberarla del espíritu que tanto mal le estaba haciendo. Por supuesto, nada de eso funcionó.
Lina tenía solo 4 años de edad y no solo estaba experimentando cambios y síntomas en su cuerpo, que no entendía. Sino que, además, había todo un pueblo diciendo que estaba poseída, endemoniada y tenía que ir cada semana a rituales en los que quizás cuánto miedo sintió la pequeña… una pesadilla.
Ante el incesante crecimiento del abdomen de Lina, sus padres comenzaron a creer que se trataba de un tumor, así que, cogieron las maletas y viajaron a pie hasta el Pisco. Ahí conocieron al doctor Gerardo Lozada, quien luego de auscultar su estómago y escuchar un pequeño latido de corazón, dio con el sorprendente e inquietante diagnóstico: Lina estaba embarazada de 7 meses.
Sólo un mes más tarde, la pequeña fue sometida a una cesárea y el 14 de mayo del 1939 dio a luz a un varón, saludable de 2,7 kilos y 48 cm de largo. Lo llamaron Gerardo, en honor al médico.
Lina, quien apenas tenía 5 años y 7 meses de edad se había convertido en la madre más joven del mundo.
Mientras todo el pueblo echó a andar el rumor de que Lina era una especie de Virgen María que había concebido sin el pecado original, siendo Gerardo hijo del "dios Sol", el presidente de Perú en esa época, Óscar Benavides, emitió una ley para tener la custodia de ambos y les prometió una pensión vitalicia a modo de protegerla, a ella y a su hijo, de las empresas y laboratorios que le ofrecían dinero a cambio de contar su historia y/o ser estudiada… lamentablemente, esa promesa jamás se cumplió.
Por supuesto la historia no quedó ahí. Se inició una investigación para tratar de dar con el padre del bebé y, obviamente, con las condiciones en que el recién nacido había sido gestado. Además, se le hizo un sin fin de estudios a Lina, para determinar cómo era posible que una niña de tan corta edad haya quedado embarazada y haya sido capaz de llevar el embarazo hasta su etapa final, dando a luz a un niño fuerte y sano.
Se determinó que Lina sufría de un extraño trastorno. Según reportes de la Academia Americana de Obstetricia y Ginecología de la época, la niña comenzó la pubertad cuando apenas tenía meses de vida. De hecho, a los tres meses ya tenía vello púbico y antes de cumplir los tres años, había empezado a menstruar. Primer misterio resuelto.
Lo que jamás se pudo descubrir es quién era el padre de su bebé. En algún minuto se investigó al padre y se le acusó de violación e incesto, pero, la falta de evidencia en su contra obligó a que se retiraran los cargos. También, se especuló que podría haber sido uno de los hermanos de Lina que tenía 9 años y sufría de un trastorno mental. De todas formas, nunca se pudo dar con el responsable…y Lina jamás quiso hablar.
Como Lina era demasiado pequeña para ser madre, Gerardo fue criado por sus abuelos y creció pensando que Lina era su hermana. Peleaban por los juguetes, hacían travesuras juntos, reían y saltaban como cualquier par de hermanos como sólo 5 años de diferencia. No fue hasta que cumplió los 10 años de edad, que su familia le contó la realidad.
Lina, por su parte, jamás perdió el contacto con el Dr. Lozada, de hecho, él la ayudó a pagar sus estudios y los de Gerardo. Ya de adulta, incluso estuvo trabajando como secretaria en la clínica. Cuando cumplió los 33 años de edad, se casó con Raúl Jurado, con quien tuvo un hijo en 1972.
Sólo 6 años más tarde, su primer hijo, Gerardo "hijo del 'dios Sol'", murió con 40 años de edad, producto de una extraña enfermedad a la médula ósea. Lina, ha optado por guardar silencio y mantenerse en el anonimato por 78 años. Muchos no lo saben, pero esta valiente mujer vive en el peligroso suburbio de Lima conocido como Pequeña Chicago y ahí ha seguido sufriendo de abusos: en los años 80′ el gobierno ordenó destruir su casa para construir una autopista. No le pagaron ni un sólo peso de indemnización.
En el 2002, el ginecólogo José Sandoval, fue a Antacancha, desempolvó la historia de Lina, la escribió en un libro y acudió al Palacio de Gobierno para recordarles la deuda que dejó pendiente el ex presidente Benavides.
"Seis décadas después, el Gobierno peruano busca ayudar a Lina, como para resarcir la letra muerta de una Ley de 1939 que le prometió una pensión vitalicia para ella y para su hijo. Aún estamos a tiempo de reparar el daño que le hizo el Estado condenándola a la miseria", dijo José Sandoval, ginecólogo.