Mike Krzyzewski es el hombre que logró cortar de raíz los tropiezos del Dream Team para transformarlo nuevamente en la máxima potencia del básquet desde hace diez años de manera ininterrumpida. Sin embargo, su inspiración en la creación de la nueva estructura llegó desde la humildad Argentina y la pasión de sus jugadores.
En una entrevista con Sports Illustrated, el técnico de la selección de básquet estadounidense desde el 2004 contó una anécdota en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
"Recuerdo que en Beijing, España había vencido a Lituania y nosotros debíamos enfrentar en la otra semifinal a Argentina. Estábamos por entrar al campo, en el túnel, donde el público no te ve, y unos metros atrás estaban los argentinos, bailando abrazados, alentándose. Yo iba con Mike D'Antoni, uno de mis asistentes, y al ver eso le dije 'Mike, olvídate del scouting que hicimos, es a esto a lo que debemos vencer'", confesó el entrenador de 69 años que conquistó el oro en Pekin y Londres, tras el triunfo argentino en Atenas 2004.
"El compromiso que tenían esos muchachos hacia su país y hacia el compañero, su hermandad, es lo que ocurre cuando tienes continuidad, compromiso y talento", detalló el coach.
Al mismo tiempo, explicó: "Eso fue lo que quisimos crear con el programa de USA Basketball. Buscar desarrollar un sentimiento que marque para quién estás jugando, no solamente ponerte una camiseta", señaló en referencia a la experiencia de la relación entre la formación argentina que aquella noche perdió 101-81 contra un poderoso equipo compuesto por Kobe Bryant, LeBron James y Dwyane Wade, entre otros.
"El juego internacional está vivo y hoy tienen el 20/25% de los jugadores de la NBA. Hay países que están juntos hace 10/15 años, como Argentina, con su espíritu, unión, continuidad y sistema", no escatimó en elogios para la selección nacional de básquet que hoy en día conduce Hernández.
Krzyzewski no es un nombre más para el básquet estadounidense a nivel selección. Luego de la derrota con Yugoslavia en el Mundial del 2002 y la caída ante Argentina en Atenas, se hizo cargo del equipo y consiguió cuatro títulos importantes (dos mundiales y dos JJOO), además de encadenar 50 victorias en fila y tener un récord de 57-1 con apenas una caída contra Grecia en semis de la copa mundial 2006.