La línea de tiempo de Del Potro: del bronce en Londres 2012 y el posible retiro, a la gloria en Río 2016

En los Juegos Olímpicos de la capital británica el tandilense confirmó que era uno de los mejores del mundo. Poco después comenzaron los problemas en su muñeca y los conflictos con el equipo de Copa Davis que terminaron en su renuncia. Estuvo cerca de dejar de jugar pero resurgió y conquistó la medalla de plata en Brasil

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El tandilense Juan Martín Del Potro, uno de los atletas más destacados de los Juegos Olímpicos Rio 2016 (Nicolás Stulberg)
El tandilense Juan Martín Del Potro, uno de los atletas más destacados de los Juegos Olímpicos Rio 2016 (Nicolás Stulberg)

Juan Martín Del Potro tiene los ojos con lágrimas y mira extasiado la medalla de plata que cuelga de su pecho. Esta imagen parecía imposible hace menos de un año, cuando el tenista argentino, sentado en el living de
su casa en la ciudad de Tandil, consideraba seriamente la posibilidad de retirarse.

Esta semana, en los Juegos de Río de Janeiro, conmocionó al mundo del tenis con sus victorias sobre Novak Djokovic y Rafael Nadal. Sólo un grandioso Andy Murray lo privó del oro. "Fue más que un sueño, me llevo la de plata, pero considero que tengo la de oro", dijo Del Potro a periodistas tras el partido.

"Es algo histórico para mí, yo ya estaba conforme con la (medalla) de bronce de Londres, más allá del color, no hay nada material que lo pueda igualar. Para mí poder llevar a Argentina la segunda medalla es algo espectacular, ni cuando lo soñaba pensaba en estas cosas".

Del Potro vivió estos días de competencia como un sueño. "Esto es increíble", fue la frase que más repitió el argentino, número 141 del escalafón, durante su estadía en Río. Las secuelas no deseadas de la tercera operación en su muñeca izquierda lo habían llevado en 2015 hasta el borde de su jubilación deportiva con tan solo 27 años.

Perseverante, regresó al circuito de la ATP a fines de febrero, en el torneo de Delray Beach, tras dos años con muy poca actividad.

Gracias a su ránking protegido, y tras jugar el punto de dobles en los cuartos de final de Copa Davis que Argentina le ganó a Italia en julio, Del Potro desembarcó en Brasil, en principio maldiciendo su suerte: en primera ronda le tocaría enfrentar al número uno del mundo.

El 7 de agosto quedó marcado como la fecha de su renacimiento tenístico, cuando venció a Djokovic. Volvió a aparecer su derecha en plenitud y el revés a dos manos dejó de preocuparlo. Esa noche se lo vio tan sólido como cuando desterró al rey de Nueva York, el suizo Roger Federer, para obtener el Abierto de Estados Unidos 2009, o cuando venció al propio Djokovic para adueñarse del bronce en Londres 2012.

En el Parque Olímpico de Barra da Tijuca, se fueron sucediendo sus víctimas: el portugués Joao Souza, al japonés Taro Daniel, los españoles Roberto Bautista Agut y Nadal.

Finalmente tropezó con el ahora bicampeón olímpico Murray, quien lo venció en una épica final por 7-5, 4-6, 6-2 y 7-5 tras poco más de cuatro horas. "Esto fue más que un sueño, me llevo la de plata, pero considero que tengo la de oro (…) El tenis es mi vida, me está haciendo muy feliz de nuevo", sostuvo Delpo.

"Hice una gran final, pero Andy mereció ganar. No se puede describir cómo hice esta noche, vi a mi equipo, a toda la gente que vino a verme, mi país estuvo detrás de mi viéndome por TV, por eso traté de no rendirme y luchar hasta la última pelota".

Del Potro se lleva de Río su segunda medalla olímpica y le dio a Argentina su segunda presea tras la dorada conseguida por la judoca Paula Pareto. Eso, sin contar que en Río de Janeiro se reencontró con su mejor tenis.

"¿Volver a pelear por el top 5? Debo seguir trabajando para poder jugarles de igual a igual, porque cuando me juegan inteligentemente se me complica. Es difícil ganarles sin hacer winners de revés", señaló.

"Lo importante es que tenga mi mano sana, luego el tenis me pondrá donde me tenga que poner. Lo que me llevo de Brasil nadie más me lo podrá sacar".

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