Los atletas que ya se encuentran en la Villa Olímpica y los aficionados que se acercaron al Parque Olímpico se han quejado del nauseabundo olor que rodea ambos lugares, que proviene de la laguna Jacarepaguá.
La laguna Jacareoaguá vista desde un drone
El lugar, en donde cientos de pescadores solían pasar sus tardes, se convirtió en un basurero en el año 1985 y desde entonces el gobierno prácticamente ha ignorado la situación.
Junto con el proyecto para ser sede de los Juegos Olímpicos 2016, la ciudad había presentado un proyecto para sanear la laguna y construir cuatro unidades de tratamiento de aguas residuales en los ríos que desembocan allí.
Sin embargo, el atraso de las obras, la crisis económica y el aumento de presupuesto provocó que Jacarepaguá siga tal y como estaba, a sólo días de la ceremonia inaugural.
El periódico brasileño Lance publicó nuevas imágenes de cómo luce la laguna, que supo tener una profundidad de más de 12 metros, de los cuales hoy en día más de 11 son puro sedimento.
Según los informes, el plan necesitaba una inversión de 673 millones de reales, pero el gobierno de Río de Janeiro no ha indicado cuánto dinero fue el que finalmente se utilizó.
Los únicos trabajos que se completaron en el lugar fueron los de removimiento de "pesados" (residuos sólidos grandes) y malezas, la colocación de vallas de protección y los estudios de batimetría (medición de profundidad) y de sondeo (que mide la capacidad de resistencia del suelo).
En diálogo con el periódico Lance, el biólogo brasileño Mario Moscatelli declaró: "Nada de lo que se prometió se hizo. De los ocho ríos que llegan al sistema de lagunas, siete están muertos, con oxígeno cero", causa por la cual la vida marítima es prácticamente nula en la laguna.
Además, Jacarepaguá no es el único foco de basura y enfermedades, alrededor del 70% de las aguas residuales del área metropolitana de Río se libera diariamente sin ningún tratamiento en la Bahía de Guanabara, en donde se realizarán las pruebas de vela.
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A pesar de que las autoridades se habían comprometido a bajar el nivel de contaminación, varios expertos dialogaron en el mes de julio con el diario estadounidense The New York Times y aseguraron que "los atletas nadarán literalmente en excremento".