Quién es Neil Gaiman y por qué hay que leerlo

Con el lanzamiento de la serie “American Gods” programado para 2017, Neil Gaiman comienza a ser un nombre que se repite entre los lectores argentinos.

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Aunque sus libros fueron llevados
Aunque sus libros fueron llevados al cine y vistos por millones de personas, el nombre de Neil Gaiman es todavía un descubrimiento en la Argentina. (AFP)

En el mundo de las series todos están hambrientos porque, finalmente y después de muchos intentos fallidos, el año que viene se estrena la adaptación de American Gods, la novela perfecta de Neil Gaiman que parecía imposible de pasar al formato audiovisual. ¿Por qué? Porque el protagonista es inimaginable, la historia enorme y también porque el autor no daba nunca el visto bueno. ¿Por qué? Bueno, porque si no sale perfecta, no le interesa. Es como un gran chef.

Pará qué tanta alharaca, dirán muchos librófolos, si está la novela, que, es cierto que casi no se conseguía desde su publicación en 2001, pero por suerte fue reeditada en 2014 con una nueva (y mejor) traducción. Es gorda, enorme, pesada. Contiene mundos, imágenes, historias fantásticas (por el género y como adjetivo calificativo) y fabulosas (de fábula y de estupenda). Bueno, el espamento es porque cualquier cosa de Neil Gaiman, publicada o estrenada, es una buena novedad. Porque nunca falla. Nunca jamás. Platillo delicioso.

La historia de Coraline, de
La historia de Coraline, de Neil Gaiman, fue llevada al cine con guión, dirección y producción de Henry Selick.

A Gaiman se lo conoce y adora desde distintos mundos, aunque mucho no sepan su nombre. Es el ídolo de masas infantiles detrás de Coraline (2000), que también tiene una película hermosa, y El libro del cementerio (2008), entre otros hits. Es el autor de género fantástico más vendido, autor de American Gods, pero también de Buenos Presagios (1990), una genialidad sobre el apocalipsis y la encarnación del anticristo escrita a cuatro manos con el mítico Terry Pratchett. Es uno de los más rotundos impulsores de la novela gráfica, con su perfectísima The Sandman (1988-1996). Es responsable, entre otros, de dos guiones de la serie de culto Doctor Who. Es uno de los escritores con más premios del mundo y con variopintos galardones que van desde el Bram Stoker hasta el Hugo, pasando por el Nebula, por nombrar algunos. Es todo eso y también más.

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Neil Gaiman no entra en ninguna casilla. Por eso no importa el formato o el género. Su forma de ver el mundo, su imaginación prodigiosa, su amor inmenso por la literatura, lo audiovisual, todo está ahí, en su obra. Un ejemplo es The Sandman, el primer cómic en recibir un premio literario, el Howard Philips Lovecraft, que se entrega en la World Annual Fantasy Convention. Era 1991 cuando el inglesito de 31 años recién instalado en Norteamérica cambió por primera vez las reglas. Y así sigue.

De dioses, monstruos y mitologías

Con esta larga, implacable y perfecta carrera, recién ahora, a los 55 años, Neil Gaiman vive su momento de mayor exposición. Siempre fue muy reservado, pero desde que se casó en 2011 con la cantante y artista multifacética Amanda Palmer aumentó su presencia online más allá de su blog, más que nada informativo. Y el mundo ató cabos. Es activo y divertido tanto en su Twitter como en su Facebook, donde comparte entrevistas, pero también ideas, retazos de su vida doméstica y hasta intercambios con sus amigos como, entre otros, Stephen King.

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Siempre quiso ser escritor, cuenta en muchos de sus prólogos, siempre generosos, muchas veces con el adorable formato de cartas al lector. Lo primero que publicó, por dinero, fue una biografía de Durán Duran en 1984, pero dos años más tarde encontró el modo de hacer valer lo suyo. Fue cuando conoció a Dave McKean, entonces un joven dibujante, que puso en imágenes el mundo oscuro y maravilloso que su nuevo amigo tenía en mente. La novela gráfica Casos Violentos (1987) fue un suceso que le valió al autor un contrato con DC Comics.

Entre 1989 y 1996, Neil Gaiman
Entre 1989 y 1996, Neil Gaiman publicó la serie “The Sandman”, considerada como una de las más ambiciosas y originales novelas gráficas

Gaiman debutó en las ligas mayores de la historieta con la obra Orquídea negra, que fue el entremés perfecto para inventar al personaje con el que rompió todo. El protagonista de The Sandman tiene distintos nombres y es, por decirlo rápido, la personificación de los sueños. Frío, a veces cruel, se mueve en mundos oníricos y tiene un look como de monje antiguo. Siempre carga un libro, que está encadenado a su brazo, y nunca se le ve el rostro completo.

Aunque a esta altura la obra no necesita mayor presentación, afortunados sean los que aún tienen la chance de leerla por primera vez. Es un platillo delicioso, perfecto. Un dato curioso: El Reino de Destino es un jardín de muchos senderos por el que sólo Sandman puede andar sin perderse. Este lugar está inspirado en "El jardín de los senderos que se bifurcan", de Jorge Luis Borges. Y esa es apenas una de las incontables referencias literarias, históricas, mitológicas y folclóricas que hay en esta novela gráfica y también en la obra completa de Gaiman, incluida su obra de literatura infantil y juvenil. Un bonus fantástico para el lector gurmet, que no empaña ni dificulta la lectura del goloso que devora hasta el empacho.

Gaiman homenajea a Borges en
Gaiman homenajea a Borges en una de las aventuras de Sandman (Sara Facio)

Lo último que publicó es El océano al final del camino, en 2013. Y casi no lo hace. Es una pequeña joya poética, con brujas y delicias domésticas, que escribió para su esposa porque la extrañaba cuando ella estaba de gira. A pesar de todo esto, increíblemente, el nombre de Neil Gaiman en la Argentina en muchos casos es un descubrimiento reciente, y para la mayoría todavía una sorpresa. Adelante, hay para todos los gustos. Y buen provecho.

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