Mecánicos en Valencia avisan de que se están apilando coches para el desguace que “solo necesitan batería y nuevos airbag”

Aseguran que varios vehículos son trasladados a campas de siniestros sin evaluación previa y sin que sus propietarios hayan tenido la oportunidad de reclamarlos, ya sea por desconocimiento o por dificultades de acceso a las zonas afectadas

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Coches cubiertos de barro en un parking, a 13 de noviembre de 2024, en Beniparrell, Valencia. (Jorge Gil/Europa Press)
Coches cubiertos de barro en un parking, a 13 de noviembre de 2024, en Beniparrell, Valencia. (Jorge Gil/Europa Press)

La devastación causada por la DANA en Valencia ha dejado a cientos de vehículos en condiciones críticas, pero muchos de ellos también pueden ser reparados con cambios menores. Así lo asegura en unas declaraciones al medio Infotaller el mecánico leonés César Alonso, propietario de Talleres y Neumáticos Cecar, que se trasladó junto a su equipo a las zonas afectadas para ofrecer ayuda en Valencia en la reparación de automóviles.

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Alonso ha criticado la falta de organización y la desinformación que prevalece en las áreas afectadas por el temporal, lo que ha llevado a que muchos coches sean enviados al desguace innecesariamente: “Se están apilando coches para desguace en las campas que necesitan poco más que una batería nueva y cambiar los airbags para seguir funcionando con normalidad”, denunció a este medio.

El equipo de Talleres y Neumáticos Cecar viajó más de 1.400 kilómetros, ida y vuelta, desde León hasta Valencia, en un esfuerzo solidario para ayudar a los afectados por el temporal. “Nuestro ‘convoy’ desde León era de tres furgonetas y un todoterreno, íbamos tan cargados de cosas para llevar la mayor ayuda posible que reventamos dos ruedas del remolque a la altura de Cuenca y tuvimos que dejar algunas cosas”, relata Alonso, que añade que sobraron algunas baterías de desguace y aceite que les donaron y que, por supuesto, asegura que devolverán. Una vez llegaron allí se reunieron con otros mecánicos que fueron desde Lleida e hicieron grupos de cuatro para poder abarcar más terreno y municipios.

Así se encuentra en estos momentos el parking del centro comercial Bonaire en Valencia. Imágenes captadas por drones de la Unidad Aérea. (Cuenta de X de la Policía Nacional)

Durante su estancia, Alonso y sus colegas —nueve mecánicos en total— lograron poner en marcha alrededor de 80 vehículos, aunque determinaron que al menos otros 100 eran irreparables debido a daños severos en componentes electrónicos. Trabajaron intensamente, incluso hasta altas horas de la madrugada, para evaluar y reparar los vehículos dañados. Alonso subrayó la necesidad de priorizar los vehículos que aún tienen posibilidades de ser reparados, descartando aquellos donde el agua alcanzó niveles críticos, afectando la caja de fusibles y la parte electrónica.

Recomienda hacer una segunda inspección a los coches

Explica que, en sus intervenciones, su equipo llegó a emplear unas 30 baterías de las que llevaron consigo, sin incluir las provenientes de desguace. En muchos vehículos, detalla, con poner una batería nueva y hacer pequeños ajustes era suficiente: “un alternador nuevo, cambiar las unidades de airbag, revisar niveles de aceite y desbloquear frenos trabados”.

El mecánico detalla que hallaron varios coches con los frenos bloqueados, causados por conexiones sulfatadas, y subraya la importancia de una “segunda revisión en el taller” para todos los vehículos atendidos. Aunque lograban poner en marcha cada automóvil, siempre recomendaban una segunda inspección más exhaustiva, con énfasis en levantar el coche para revisar su estado en la parte inferior y limpiar de barro los bajos. Para Alonso, si hubiera habido más mecánicos y más rápido, “se habrían salvado decenas de vehículos más”.

Los mecánicos aseguran que, al volumen de trabajo abrumador al que se enfrentaron, se le añade la falta de información y coordinación en la gestión de los vehículos afectados. Según Alonso, “la UME y las grúas llegan y se llevan los coches sin comprobar su estado, lo que resulta frustrante”. Muchos vehículos han sido trasladados a campas de siniestros sin que sus propietarios hayan tenido la oportunidad de reclamarlos, ya sea por desconocimiento o por dificultades de acceso a las zonas afectadas.

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