En el corazón de las llanuras de la Beira Interior, entre las faldas de la sierra de la Garduña y el río Ponsul, se enclava uno de los pueblos más bonitos de Portugal. Se trata de Monsanto, una localidad única en el país luso, pues cuenta con una peculiaridad que es difícil de creer. En su entramado se puede observar cómo la montaña se ha hecho dueña del lugar, ya que muchas de sus casas se encuentran ‘aplastadas’ por la roca. Incluso algunas, utilizan la propia piedra como tejado.
A esto se le suma la proximidad con España, lo que convierte al pueblo en una escapada perfecta para quienes vivan en Cáceres o Plasencia. Se sitúa apenas a 30 minutos de la frontera con España y a menos de una hora de municipios como Coria (Cáceres) o Parrera (Cáceres). A su vez, Monsanto alberga una gran relevancia dentro del país vecino, pues pertenece a las conocidas como aldeas históricas de Portugal. Consisten en un conjunto de pueblos donde se vivieron batallas y luchas para crear las fronteras que conocemos hoy en día.
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Un castillo templario y un gran conjunto eclesiástico
Aparte de la espectacular estampa que generan la roca y las casas, Monsanto alberga otros atractivos que son de gran interés turístico. De todos ellos destaca el Castelo de Monsanto, una fortaleza construida en el siglo XII por los templarios. Fue declarado Monumento Nacional en 1948 y tuvo una gran importancia durante la Edad Media. Esto fue gracias a su posición estratégica, en lo alto de la villa, desde donde podía controlar todos los alrededores, incluyendo la frontera con el Reino de León.
Llegó a tener dos puertas de acceso, una torre del homenaje (hoy en día desaparecida) y cuatro torres vigía. No obstante, a día de hoy se mantienen en pie desde el recinto de su muralla exterior hasta la Capilla de Santa María del Castillo.
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Paseando por sus calles se podrán observar otros puntos de interés, pero sobre todo un gran número de capillas e iglesias, y es que Monsanto alberga alrededor de diez edificaciones eclesiásticas. Así, caben destacar la capilla de San Antonio, de estilo gótico; la iglesia de la Misericordia, construida en el siglo XVI en estilo renacentista; la iglesia de San Salvador; y la citada capilla de Santa María del Castillo.
La “Aldea más portuguesa de Portugal”
La villa de Monsanto es considera la “Aldea más portuguesa de Portugal”, así lo atestigua el título que recibió en el año 1938. El motivo de este galardón reside en que es el pueblo que mejor ha conservado su esencia tras el paso de los años. Así, la localidad exhibe un gallo de plata en lo alto de la Torre de Lucano, un campanario del siglo XV que está en perfecto estado de conservación.
Otros puntos de interés son las grutas visitables que las formaciones rocosas han creado dentro del pueblo, así como la Necrópolis de San Miguel, donde se pueden encontrar tumbas del siglo XII al XIX. Destacan también la Puerta del Espírutu Santo, también conocida como Puerta de San Sebastián, y la casa de Fernando Namora, un médico y escritor portugués.
Por otro lado, la villa es también un destino perfecto para los amantes del senderismo, pues sus alrededores cuentan con numerosos senderos. Estos caminos permiten conocer las increíbles formaciones rocosas como es la roca del Pé Calvo. A su vez, a través de la ruta circular de Monsanto, se pueden observar las rocas más impresionantes, así como los secretos que esconde la villa.
Cómo llegar
Desde Coria, el viaje hasta Monsanto es de alrededor de 55 minutos por las carreteras EX-108 y N239. Por su parte, desde Plasencia el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la vía EX-A1.
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