En cada cada mañana para arrancar el día. Para ayudar a bajar el almuerzo al mediodía. Para mantener la concentración durante la tarde. O para despabilarse a medida que transcurre la noche. Para muchos una taza de café es el acompañante infaltable en el día, independientemente del horario, el lugar y el motivo.
Sola, acompañada con leche, con o sin azúcar o de cualquier otro modo, la bebida negra forma parte de la rutina diaria. Sin embargo, esta elección podría verse condicionada a futuro. Es que de acuerdo a una reciente investigación, el café podría ser una víctima más del cambio climático.
Son muchas las proyecciones que avizoran desenlaces catastróficos. Desde desastres meteorológicos como ciudades bajo el agua hasta una escalofriante cantidad de muertes prematuras. Ahora se conoció que también el consumo de una de las infusiones favoritas también estaría afectada, debido a que el calentamiento global reduciría las áreas productoras de café en América Latina hasta un 88% hacia 2050.
El estudio realizado en conjunto por especialistas de la Universidad de Vermont y el Smithsonian Tropical Research Institute profundizó sobre el impacto del cambio climático en el café y sobre las abejas que hacen posible su polinización.
Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), señalaron que la región cafetalera más grande del mundo dispondrá de una superficie cada vez más limitada para la plantación. Las tierras agrícolas apropiadas para cultivar café serán demasiado cálidas. En concreto, se reducirán entre un 73% y un 88%, con pérdidas particularmente grandes en las zonas bajas de Nicaragua, Honduras y Venezuela. En cambio, las zonas montañosas serán las más aptas, incluso aquellas en las que actualmente no se cultiva.
Los investigadores también examinaron cómo el clima podría afectar a la abeja domesticada junto a otras 38 especies que polinizan las plantas de café y aumentan los rendimientos. Las previsiones son similares, aunque también identificaron áreas (zonas montañosas de México, Guatemala, Colombia y Costa Rica) donde es probable que este número se incremente, impulsando la productividad y compensando los otros efectos negativos.
"El café es uno de los productos más valiosos de la tierra y necesita un clima adecuado y abejas polinizadoras para producir bien", aseguró Taylor Ricketts, uno de los autores del estudio. "Este es el primer estudio que muestra cómo es probable que ambos cambien bajo el calentamiento global de una manera que afectará duramente a los productores de café", amplió.
La previsión obedece a un pronóstico sin cambios, que continúe con el ritmo de crecimiento actual. Apunta a un panorama en el que no aborda la problemática, en el que se descarta el reclamo ambiental. En definitiva, se trata de una advertencia que pretende provocar una reacción para anticipar la problemática.
En ese sentido los investigadores sugieren atender a las poblaciones de abejas, minimizando el uso de pesticidas y manteniendo una diversidad de plantas nativas para proporcionar otros alimentos para las abejas.
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