Son previsiones vestidas de advertencias. Apelan a la estadística, a la connotación bestial del dato crudo, para provocar una reacción, para promover conciencia. El cambio climático causará cerca de 60 mil muertes prematuras en 2030 y matará a 260 mil personas en 2100: la dramática cifra obedece a un pronóstico sin cambios, que continúe con el ritmo de crecimiento actual. En el caso de no abordar la problemática, de descartar el reclamo ambiental, las consecuencias se contarán en cientos de miles de vidas.
Es la conclusión a la que llegó un grupo internacional de investigadores de Francia, Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda y Reino Unido. Publicada en la prestigiosa revista Nature Climate Change, es una acabada investigación sobre cómo el cambio climático intervendrá en la contaminación del aire e impactará, en efecto, la salud de la humanidad. El informe contribuye a la exposición de evidencia científica que revela cómo las sustancias tóxicas del aire regularán la vida humana.
Jason West, que lideró la investigación de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, explicó: "A medida que el cambio climático afecte a las concentraciones de contaminantes atmosféricos, puede tener un impacto significativo en la salud de todo el mundo, aumentando el número de personas que mueren por contaminación del aire cada año".
Los investigadores apuntaron que las temperaturas altas potencian el desarrollo de reacciones químicas que producen contaminantes atmosféricos como el ozono y las partículas finas, agentes "asociados con la mortalidad humana prematura; sus futuras concentraciones dependen de los cambios en las emisiones, que dominan el corto plazo, y del cambio climático", reza extracto del reporte. También prevén mayor contaminación en las áreas secas, donde el aire se condensará por el aumento de incendios y la escasez de lluvias.
El estudio se basó en una serie de modelos químicos-climáticos globales para evaluar la mortalidad prematura por culpa del ozono y las partículas finas, contaminantes atmosféricos que afectan a la salud pública y que responden a atribuciones del calentamiento global. De acuerdo a cada boceto de futuro -anclado en 2030 y 2100-, el equipo de científicos interpretó los cambios proyectados en la contaminación superficial del aire en línea con la aceleración del cambio climático. Una vez alcanzados estos parámetros, compararon el crecimiento demográfico previsto para las regiones aplicado a la susceptibilidad de la contaminación atmosférica.
La conclusión es tenebrosa: cinco de ocho modelos anticiparon más muertes prematuras en 2030 y siete de nueve patrones en 2100. Habrá, entonces, un aumento radical de las muertes relacionadas a la contaminación atmosférica en todas las regiones del planeta, a excepción de África. La Organización Mundial de la Salud asegura que en la actualidad "una de cada nueve muertes es resultado de condiciones relacionadas con la contaminación atmosférica".
"Nuestro hallazgo es la señal más clara de que el cambio climático será perjudicial para la calidad del aire y la salud", definió West. La cifra no comprende, sin embargo, situaciones derivadas del cambio climático asociadas al estrés, la pobreza, la angustia, los desastres ambientales, el acceso a agua potable y una alimentación digna, la propagación de enfermedades infecciosas, factores que incrementarán el número de víctimas relativas al calentamiento global.
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