Tamma Carleton, economista de la Universidad de Berkeley, Estados Unidos, analizó causas y consecuencias de dos situaciones: cambio climático y suicidios. El parámetro estudiado fue India en el período 1967 a 2013. La tasa de suicidios en el país asiático se duplicó desde 1980 hasta llegar a 130 muertes al año, uno de los registros más altos del mundo según la OMS. La analista halló en correlación entre las altas temperaturas en época de cultivo y el crecimiento de los suicidios.
Su estudio estima que el calentamiento provocó en las últimas tres décadas al menos 59.300 de personas que decidieron quitarse la vida. Sus pronósticos anuncian que el aumento de las temperaturas equivalen al 7% de todos los suicidios, con predicción de crecimiento en ritmo al avance del cambio climático. "El calentamiento tiene una influencia significativa sobre los suicidios en India. Los datos muestran que en un día cualquiera de la época de cultivo un aumento de apenas un grado por encima de los veinte grados supone aproximadamente 65 suicidios más al año", informó la investigadora.
Su estudio, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, no se reduce exclusivamente a la coyuntura del gigante asiático. "Muchos otros países son similares a India, la agricultura es la ocupación principal de muchas familias, la capacidad de asegurar las cosechas es escasa y el crédito rural funciona mal", describió Carleton. La pérdida de cosechas por acción directa del cambio climático se agrega al conglomerado de factores que derivan en la muerte de productores locales. La calamidad del calentamiento global queda manifiesta en los casi 60 mil agricultores indios que fallecieron porque el calor destruyó su economía.
Samuel Myers, investigador sobre los efectos del cambio climático en la salud de la Universidad de Harvard, reconoció la limitación del trabajo de campo: no existe relación causa-efecto sólida o consecuente, apenas una conexión ineludible entre el cambio climático y los suicidios. "La correlación no implica causalidad, y la responsable del estudio admite que no podemos estar seguros de que haya una relación causa-efecto, pero sus observaciones presentan argumentos fuertes de que probablemente exista esa relación". Esta analogía, asegura el experto, "aporta pruebas adicionales a la explicación de que las cosechas arruinadas por el calor causan desesperación y suicidio".
El cambio climático ya es responsable de miles de muertes por contaminación, olas de calor, enfermedades infecciosas, malnutrición, falta de agua potable: decesos comprobables en términos fácticos. La investigación de Tamma Carleton interpreta un sentimiento más de angustia y desazón por efectos climatológicos. Myers, experto ajeno al estudio, entendió que detrás de estas cifras trágicas se esconden otros impactos adicionales relacionados al aumento de las temperaturas tales como "desesperación, ansiedad, violencia doméstica y otras manifestaciones de daño emocional".
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