"Seamos un Árbol" es el proyecto argentino que promueve ser un árbol al morir. Esta novedosa idea nace de la necesidad de eliminar la lápidas, transformando los cementerios en bosques urbanos que oxigenen el mundo.
Jorge Bellsola Ferrer fue el que decidió que la mejor manera de honrar a la persona fallecida era dando vida. "Este proyecto surge en 2012 a partir de una búsqueda personal de querer hacer lo que me gusta y sumarle mis conocimientos. Estoy relacionado con la muerte hace muchos años por trabajar en un cementerio, pero también con la vida, por trabajar en la reforestación de bosques nativos", aseguró.
"La muerte y la vida son opuestos, pero se necesitan el uno al otro para ser, por eso es que creo tan oportuno vincularlos. Lograr que cada muerte genere una nueva vida es la idea principal", agregó.
El concepto de "Cementerio Bosque" propone romper el tradicional paradigma fúnebre y lograr un cambio radical en el cómo se transita la muerte de un familiar, a la vez que se trabaja todos a favor de la forestación.
Ser parte del proceso permite ayuda a dar cuenta de la importancia de dar vida y del significado real de plantar un árbol, resignificando y reutilizándo los recursos naturales.
"Se busca que la ceremonia de plantación muestre cómo es el ciclo normal de la vida y ayude a que las personas a que vivan el hoy sin pensar en el mañana, que disfruten y puedan celebrar la vida. Además de recordar a nuestro ser querido de una forma más placentera, reconociendo que está inmerso en la naturaleza", explicó Bellsola Ferrer.
¿Cómo es el servicio?
El objetivo es que por cada persona fallecida, se plante un árbol que represente a dicho familiar. De esta forma, los cementerios ya no estarán llenos de lápidas, sino de árboles que se convertirán en "nuevos pulmones" para el mundo.
Más allá del cambio visual y estético, el concepto implica una búsqueda interna que permita recordar a quien ya no está en este plano de una manera más amena. Devolverlo a la naturaleza y honrar su partida, a partir de los bellos y gratos recuerdos.
"El árbol, en este caso, representará a esa persona. De esta manera, será mucho más placentero y grato ir a visitar a un familiar, encontrándonos en un espacio verde y siendo partícipes de su evolución, como se irán secando sus hojas en invierno y cómo crecerán las nuevas durante la primavera", expresó el creador del proyecto.
– ¿Por qué eligieron un árbol y no otro elemento?
-Creemos que son sinónimo de vida, son esenciales para sobrevivir en la tierra, pero también protegen los suelos de las lluvias, de los vientos, los nutren de materia orgánica, filtran y purifican el agua. Son necesarios para restablecer el equilibrio en el mundo.
-¿De qué manera lo reciben la propuesta los familiares?
-Lo reciben bien, de hecho nos llaman con mucha frecuencia y nos preguntan cómo es, cómo funciona, cuáles son los pasos a seguir. La muerte es un tema del que no se habla y pocas personas saben cómo actuar y abordarlo el día que ocurre. Que nuestra muerte generará la plantación de un árbol en nuestro honor, genera interés en las personas.
-¿Cuánta gente se ha sumado a esta iniciativa?
-Llevamos realizados 428 servicios fúnebres, es decir, unos 428 árboles plantados. Estamos creando con quienes nos eligen pulmones urbanos para el mundo.
-¿Qué imaginas que pasará en unos años?
-Creo que recordaremos a nuestros seres queridos inmersos en la naturaleza. Considero que tendremos un mayor respeto por la naturaleza y seremos más conscientes de la importancia de los árboles en el la tierra. Seremos nosotros, los seres humanos quienes revirtamos el problema mundial.
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