El cambio climático es una realidad y la falta de concientización al respecto es preocupante porque, si bien hay una gran porción de daño hecho, todavía es importante combatir su avance. En este sentido, una nueva investigación de la Universidad de Lund, Suecia, reveló cuáles son las pequeñas acciones cotidianas que pueden ayudar desde una perspectiva individual a torcer el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según apuntan los autores de este trabajo en un artículo que se publica en la revista Environmental Research Letters, las cuatro acciones que más disminuyen sustancialmente la huella de carbono de un individuo son comer una dieta basada en plantas, evitar viajes aéreos, vivir sin autos y tener familias más reducidas.
El estudio exhaustivo analizó 39 artículos revisados por colegas del área, calculadoras de carbono e informes gubernamentales para cuantificar las opciones de estilo de vida con mayor impacto ecológico en los países desarrollados. De esta manera se identificaron las acciones que los individuos podrían tomar para ayudar a reducir de manera significativa las emisiones de gases a la atmósfera.
Seth Wynes, autor principal del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de British Columbia, afirmó: "Hay muchos factores que afectan al impacto climático de las elecciones personales, pero analizar todos estos estudios lado a lado nos da la confianza de que identificamos las acciones que marcan una gran diferencia. Para dar un paso adelante en el clima, es necesario saber cómo nuestras acciones pueden tener el mayor impacto posible. Esta investigación trata de ayudar a la gente a tomar decisiones con más información".
Los resultados de la investigación fueron sorprendentes porque las medidas que usualmente creemos que sirven en el cuidado del medio ambiente, fueron las menos eficaces. "Por ejemplo, vivir sin auto ahorra cerca de 2,4 toneladas de dióxido de carbono al año, mientras que comer una dieta basada en las plantas ahorra 0,8 toneladas. Por lo tanto, estas acciones tienen mucho más potencial para reducir las emisiones que las estrategias comúnmente promovidas, como son el reciclaje integral (que es cuatro veces menos eficaz que este tipo de dieta) o el cambio de focos lumínicos domésticos (que es ocho veces menos eficaz)", puntualizó.
Los investigadores también descubrieron que los gobiernos y las escuelas no están comunicando de manera eficaz las frmas de prevención. Ni los manuales escolares canadienses ni los recursos gubernamentales de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Australia, por ejemplo, ponen de relieve estas acciones, centrándose en su lugar en los cambios graduales con un potencial mucho menor de reducir las emisiones (como el uso de bolsas reutilizables).
¿Pero qué significa eso? Las emisiones de dióxido de carbono per capita no deberían superar las 2,1 toneladas anuales para el año 2050, si se quiere lograr el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a muy por debajo de dos grados centígrados. Es decir que, a menor cantidad de emisiones, más control de cambio climático.
Por otro lado, un sorprendente factor importante fue el tamaño de los grupos familiares. Al contabilizar el impacto de los futuros descendientes a las actuales tasas de emisión, descubrieron que tener un niño menos ahorraría 58,6 toneladas al año. Sin embargo, la reducción de las emisiones nacionales podría hacer que el impacto climático de un niño adicional sea hasta 17 veces menor. También el uso de energía renovable fue a veces pero no siempre una acción de alto impacto.
En cuanto a la dieta, ingerir alimentos en su mayoría vegetales (como el vegetarianismo o veganismo) ahorra unas 4 veces más emisiones de gases de efecto invernadero por año que reciclar. Evitar sólo un vuelo transatlántico ahorra 8 veces más (1,6 toneladas de gases) y vivir sin auto 11 veces más.
La coautora del estudio y profesora asociada de ciencia de la sostenibilidad en el Centro de la Universidad de Lund, Kimberly Nicholas, afirmó: "Reconocemos que estas son opciones profundamente personales, pero no podemos ignorar el efecto climático que realmente tienen en nuestro estilo de vida. Personalmente, he encontrado muy positivo hacer muchos de estos cambios. Es especialmente importante para los jóvenes que establecen patrones de por vida para ser conscientes de qué opciones tienen el mayor impacto. Esperamos que esta información desate un debate y dé poder a los individuos".
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