Es una advertencia de la Organización de las Naciones Unidas: los fenómenos climáticos extremos no se detendrán este año. Tras un 2016 con temperaturas récords, derretimiento drástico de la banquisa ártica y ascenso estrepitoso del nivel del mar, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia especializada de la ONU, determinó que los considerados fenómenos extremos no sólo continuarán en 2017 sino que los estudios recientes "dan a pensar que el calentamiento de los océanos podría ser más pronunciado de lo que se creía".
La OMM publicó su informe anual sobre el estado mundial del clima coincidiendo con la jornada meteorológica mundial que se celebra el 23 de marzo. "El informe confirma que 2016 fue el año más caliente jamás registrado. El aumento de la temperatura en relación a la época preindustrial alcanzó 1,1°C, es decir 0,06°C más que el récord anterior de 2015", explicó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en un comunicado.
Los datos provisionales de los que dispone la ONU revelan que no se ha frenado el ritmo de crecimiento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. "La concentración de CO2 en la atmósfera no para de batir récords, lo que demuestra cada vez con más claridad la influencia de las actividades humanas en el sistema climático", detalló Taalas.
El Ártico, por su parte, ha vivido al menos tres veces el equivalente polar de una ola de calor: la OMM subrayó que en algunos días la temperatura era cercana al deshielo. Según las conclusiones de los investigadores, los cambios en el Ártico y el deshielo de la banquisa provocan una modificación general de la circulación oceánica y atmosférica que afecta a su vez a las condiciones meteorológicas de otras regiones del mundo. Es el caso en Canadá y gran parte de Estados Unidos, que han tenido un clima suave poco habitual mientras que en la península arábiga y en el norte de África se registraron a principios de 2017 temperaturas extrañamente bajas.
Además las temperaturas en la superficie del mar fueron en 2016 las más altas jamás registradas y el aumento del nivel medio del mar continuó mientras la superficie de la banquisa en el Ártico fue inferior a la normal durante gran parte del año.
Con información de AFP
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