El original emprendimiento británico para no desperdiciar comidas

El Reino Unido es uno de los lugares en los que más alimentos derrochan. Una cadena local, gestionada por voluntarios, abrió comedores benéficos en los que ofrece menús a base de consumos caducados, incluyendo los novedosos aperitivos reinventados

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Solo en el Reino Unido
Solo en el Reino Unido se desperdician más del 10% de los derroches de toda la Unión Europea

El 2016 fue un año de referencia para los activistas internacionales que tratan de evitar que alimentos comestibles acaben en la basura. Italia y Francia aprobaron leyes para facilitar que los comercios donen esta comida. En cambio, Gran Bretaña permaneció algo rezagado con respecto a sus vecinos al no haber legislado sobre el tema, dejando a los grupos comunitarios y algunos negocios llenar el vacío.

El Reino Unido es de los que más alimentos desperdicia, tirando alrededor de 10 millones de toneladas de alimentos al año, según cifras de la organización de beneficiencia Waste and Resources Action Program (WRAP). Para tomar dimensión de las cifras, la Unión Europea en su conjunto, tira 88 millones de toneladas de alimentos anuales, según estimaciones de 2012.

Gracias a un grupo de emprendedores, la tendencia está empezando a cambiar. Mediante varias iniciativas para ir en contra del derroche, no sólo sino que con sus comedores benéficos también ayudan a los pobres, dándoles en esta época un poco de alegría navideña.

En uno de los varios puntos repartidos por todo el territorio británico, la organización benéfica llamada FoodCycle sirve almuerzos semanales vegetarianos para quienes lo más necesiten, muchos de los quienes tienen problemas de salud o están en riesgo de aislamiento social. El menú siempre es a base de alimentos antes condenados a la basura. Los clientes habituales de la nueva hornada de bares y tiendas de alimentos incluyen a activistas bienintencionados, así como a pobres y gente que busca compañía.

La serie de televisión “War
La serie de televisión “War on Waste” contribuyó a despertar la conciencia de la población británica (Istock)

Un ex voluntario de FoodCycle, Ben Whitehead, explicó que había conseguido 15 toneladas de fruta desde que pidió que le dieran lo que iban a tirar en su mercado local. "Me ofrecieron 12 cajas de piñas realmente increíbles, iba en mi bicicleta, así que me miraron y se rieron", dijo sobre su encuentro inicial con los comerciantes.

Después de experimentar con diferentes frutas consideradas no lo suficientemente aptas para llegar a los consumidores, Whitehead creó una empresa en 2015 llamada SpareFruit, que seca rodajas de manzanas y peras para convertirlas en algo parecido a las papas fritas. Esta se sumó a Snact, otra sociedad que elabora una fruta seca similar, nacida en 2014 tras recaudar 14.000 libras esterlinas (17.000 dólares, 17.000 euros) a través del microcenazgo.

Se utilizan, por ejemplo, mangos, menta y huevos para una cocina llena de frutas y verduras que estaban destinadas a la basura por ser estéticamente feas o haber superado la fecha de caducidad. Un menú de los clásicos incluye un plato de sopa, frittata italiana y ensalada de frutas. Las donaciones más generosas provienen de los fruteros turcos de la zona, mientras que los grandes supermercados son menos fiables, dando a veces en el día solo una bolsa de pan.

Con información de AFP

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