China, primer emisor mundial de gases de efecto invernadero, adoptó el domingo un nuevo impuesto a la contaminación que, sin embargo, no incluye las emisiones de dióxido de carbono (C02).
La ley sobre la tasa ecológica, dirigida principalmente a empresas e instituciones, fue votada por el comité permanente del parlamento chino, pocos días después de una ola de polución que mantuvo en alerta roja durante seis días una parte del norte del país. La nueva normativa entrará en vigor el 1 de enero de 2018, según anunció el domingo por la noche la agencia oficial Xinhua.
Esta ley fija el pago de 1,2 yuanes (el equivalente a 0,16 euros) por cada unidad de emisiones contaminantes, por ejemplo, 850 gramos de dióxido de azufre, ilustra la agencia. Pero el CO1, principal gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global, no aparece en la lista de emisiones contaminantes gravadas.
La ley incluye un impuesto a la polución del agua (1,4 yuanes) y también a la contaminación acústica (de entre 350 y 11.200 yuanes al mes en función de los decibelios). El gravamen a los residuos sólidos es de entre 5 y 1.000 yuanes por tonelada.
Las provincias podrán aplicar tasas diez veces más elevadas, pero también reducirlas si las emisiones contaminantes son inferiores a la legislación estatal.
China anunció en septiembre que había ratificado el acuerdo de París sobre el clima, que prevé limitar a dos grados la subida de la temperatura global respecto a la época preindustrial. El acuerdo entró en vigor a principios de noviembre.
Con información de AFP