La ONU dice que un tercio de los alimentos producidos en el mundo es desperdiciado y culmina su ciclo de vida en la basura. En un contexto mundial de desigualdades sociales, de una vil e ineficaz distribución de las riqueza, de pobreza extrema y niños que mueren desnutridos, en Dinamarca un supermercado halló la fórmula para combatir el despilfarro de comida: sólo venden alimentos caducados a mitad de precio.
La cadena Wefood abrió su primera tienda en Amager, una isla de Copenhague, en febrero pasado. Hace días inauguró su primera sucursal en Nørrebro, en otro barrio de la capital danesa, en colaboración con el Banco de Alimentos danés y la organización de caridad DanChurchAid. Su expansión es resultado del éxito de su método: ambos locales lo único que ofrecen son alimentos con fecha de expiración vencida o cuyo embalaje presenta algún error o se encuentra dañado. El costo de los alimentos reduce su precio original desde un 30 a un 70 por ciento. Los productores, los supermercados locales, las empresas de importación y exportación donan la mercancía vencida.
Largas colas diarias no discriminan usuarios ni clientes. La oferta, eso sí, es azarosa y ecléctica, conforme a las donaciones que reciben. Las tiendas son gestionadas por voluntarios, una clave para mantener la economía de los productos, y los ingresos percibidos son destinados a actos solidarios y de beneficencia. Es la historia del supermercado de origen danés que vende los que otros desechan a un precio considerablemente inferior. Es la metáfora acabada de la popularización de la comida.
"Miramos, olemos, inspeccionamos para asegurarnos que el producto siga siendo apto", notificó Bassel Hmeidan, uno de sus responsables de Wefood. La legislación de Dinamarca concede permisos para la comercialización de alimentos que hayan superado su fecha de caducidad en caso de que no representen un riesgo para la salud. Sí venden frutas y verduras pero no ofrecen pescado o carne, alimentos que suponen un componente de mayor peligrosidad en el ciclo de vencimiento.
La cadena prevé abrir un nuevo canal de distribución en Aarhus, la segunda ciudad más importante de Dinamarca. Aunque si bien su método ha ganado adeptos y rédito, un núcleo de detractores opinan que el despilfarro de alimentos debe curarse de base para que estos remaches temporales y consecuentes no deban ejecutarse. Sin embargo, el país escandinavo logró reducir el derroche alimenticio en un 25% de acuerdo a cifras oficiales. No es sólo por efectos del supermercado, sino que es el resultado de un programa de concientización social bautizada "Stop al despilfarro alimenticio". El "outlet" de la comida, un servicio exitoso, rentable para luchar contra el desperdicio de alimentos.
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