La casa del legendario cantante David Bowie, en la isla caribeña de Mustique, se puede alquilar por 35.000 euros durante una semana y convivir con los objetos elegidos por la estrella de rock, junto con varias otras cosas que se mantuvieron intactas.
"Me gustan los buenos clichés y quiero hacer de esta casa el más encantador de los clichés", había afirmado una vez en una entrevista Bowie al referirse a su amada vivienda.
Todo comenzó de una manera poco convencional, conociendo la propiedad en 1986 de quien entonces era su dueño: Mick Jagger. Desde entonces buscó la manera de ser el próximo propietario de esta increíble propiedad y así fue en el año 1992 que se convirtió en el propietario de esta isla de sueño ubicada en el Caribe.
El ícono del rock impuso sus propias exigencias a los arquitectos, para diferenciarse de los anteriores dueños y así lograr la comodidad que quería. "Yo quiero algo balinés, muy balinés", dijo en un reportaje concedido a la revista Architectural Digest en 1992.
Objetos elegidos personalmente por el cantante llegaron de todo el mundo en grandes contenedores. Estatuas de diosas protectoras, lámparas venecianas del siglo XVIII, antigüedades balinesas, equipos de sonidos, entre otras excentricidades que atravesaron los siete mares.
También fueron siete los pabellones que construyó junto a las piscinas infinitas, cascadas de agua y estanques con carpas Koi y varios objetos de decoración siguiendo con la línea del estilo libanés.
"Puedes estar aquí siete días y sentirte en un lugar diferente cada uno de ellos", escribió acerca de su hogar. Apenas pudo utilizar su estudio de grabación ya que se encontraba muy cómodo como para trabajar.
"Mi ambición es hacer música tan increíblemente incomprensible como para perder a todo mi público y pasar aquí el resto del año", confesó. Sin embargo, en 1994 vendió su propiedad, nadie sabe por qué, que pasó a manos del magnate y poeta inglés Felix Dennis, quien la conservó de manera intacta. Lo único que cambió fue su nombre, de Britannia Bay House por el más exótico de Mandalay.
En 2014, murió Dennis y cambió su dueño por otro magnate llamado Simon Dolan, quien puso por primera vez en la historia en alquiler a la extravagante vivienda en el año 2016.
Fueron más de 20 familias que ya se hospedaron por semana en Mandalay al precio de 35.000 euros por semana, disfrutando de este paraíso en el Caribe, junto con los objetos que eligió la estrella de Rock David Bowie
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