En el Día Mundial de los Océanos no hay nada para celebrar. Los datos son devastadores. En los últimos 40 años, la cantidad de basura marina -solo en la capa superficial- aumentó más de un 100%. El último informe de la Unesco es claro. Existen 45 mil objetos que se agolpan en cada milla oceánica cuadrada, más de 150 millones de toneladas.
"El mundo sigue sin encontrar el equilibrio entre la producción de recursos y la conservación del medioambiente. Arrojamos ocho millones de objetos diarios al océano, que, en conjunto, alcanzan un peso total de siete millones de toneladas de basura anuales", explicó Daniel Rolleri, director de la Asociación Ambiente Europeo (AAE).
“Pero el impacto no termina en el mar, sino que empieza a alcanzar ámbitos como la economía, o la salud personal”.
Para ejemplificar, explicó en la conferencia Voces por una Mar Sana como el zooplancton, la base de la cadena trófica marítima, "se come las microfibras de plástico y, a su vez, los peces se comen al zooplancton", por lo que uno de cada seis peces comerciales tiene plástico en su sistema.
Las bolsas, tapones y fibras de ropa sintética, entre otras, ingresan a los océanos mediante las alcantarillas y residuos urbanos, y ponen en peligro a 267 especies marinas, dicen los expertos.
Organizaciones como la ONU y la Unesco son determinantes con su pronóstico: si no se toman medidas para eliminar los microplásticos de los productos de higiene, y los países no regulen el uso de este material, en 2050 los océanos habrá más plásticos que peces y el 99% de las aves marinas habrán ingerido sustancias peligrosas.
Uno de los casos de contaminación extrema de los océanos fue denunciado por el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, quienes descubrieron una isla de plástico, con más de 100 millones de toneladas de desechos flotando y contaminando el área al norte del Pacífico.
Por su parte, Peter Thomson, presidente de la Asamblea General de la ONU, dijo a AP: "Hemos soltado una plaga de plástico al océano que está contaminando la naturaleza de muchas maneras trágicas. Es inexcusable que la humanidad vierta al océano cada minuto de cada día el equivalente a un camión grande de basura cargado de plástico".
Para Rolleri la solución no está, en como creen muchos, en "disminuir el uso de los plásticos y no centrarnos en reciclar. El reciclaje no va a salvarnos de nuestros propios errores".
Para el especialista el foco no debe centrarse en nuevas medidas o innovadores métodos de reciclaje, que si bien son bienvenidos, no logran reducir la contaminación. Una de las claves está en la eliminación paulatina de la industria del plástico no biodegradables o, directamente, no utilizarlos más.
"Los consumidores podemos informarnos y rebelarnos contra este tipo de producción y de consumo a través del cambio a pequeña escala, nos podemos convertir en un agente del cambio", finalizó Rolleri.
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