Después de 10 años de obras, abrió el nuevo estadio de San Petersburgo, que deberá acoger los partidos de la Copa Confederaciones 2017 y del Mundial 2018.
Alrededor de 10.000 espectadores accedieron al recinto -cubierto y con capacidad para 68.000 personas- para asistir a una exhibición gratuita de motos cuyo principal motivo era comprobar las instalaciones del estadio, desde el sonido y la iluminación hasta la gestión del flujo de espectadores.
La construcción del estadio, cuyo nombre provisional es "Zenith Arena", ha durado 10 años y, según los medios rusos, ha costado 41.000 millones de rublos (672 millones de euros). "He venido sobre todo para ver en qué se ha ido tanto dinero", comentó por su parte a la AFP Roman Ignatiev, de 27.
Las obras comenzaron en 2007 pero el proyecto, cuyo presupuestó se multiplicó con el paso tiempo, fue modificado en varias ocasiones. De hecho en agosto, la empresa responsable de la obra renunció a seguir con los trabajos y una segunda compañía recogió el testigo.
Los contratiempos continuaron en noviembre, cuando se descubrieron una serie de problemas en el terreno retráctil al tiempo que el ex gobernador de San Petersburgo, sospechoso de haber desviado 50 millones de rublos a través de un contrato para instalar una de las pantallas gigantes del estadio, fue arrestado.
El Zenith Arena acogerá la final de la Copa Confederaciones 2017 y una semifinal del Mundial 2018.
Con información de AFP
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